MADRID, 1 Nov. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha recalcado este martes que su Gobierno "no tolerará un ataque contra la soberanía del país", un día después del bombardeo contra un túnel en la Franja de Gaza que se saldó con la muerte de siete milicianos palestinos.
"Buscamos la paz con todos nuestros vecinos, pero no toleraremos un ataque contra nuestra soberanía y nuestra patria, ya sea por aire, tierra, o debajo de la tierra", ha dicho, según ha informado el diario local 'Yedioth Ahronoth'.
Fuentes médicas palestinas afirmaron que la mayoría de los muertos se produjeron después de que Israel bombardeara el túnel después de un primer ataque, cuando otros milicianos llegaron a la zona para intentar rescatar a las víctimas.
El ministro de Sanidad de la Franja, Ashraf al Qidra, acusó a Israel de usar gas en el ataque, reclamando a las autoridades israelíes que revelen el tipo de arma utilizada, según recogió la agencia palestina de noticias Maan.
Por su parte, el Ejército de Israel confirmó el ataque, recalcando que el túnel "neutralizado" se introducía en su territorio, lo que tildó de "grave violación de su soberanía".
Asimismo, recalcó que el ataque fue llevado a cabo "únicamente con armas convencionales" y con el objetivo de "defender a los ciudadanos y las fuerzas (de seguridad) de Israel".
"La organización terrorista extremista Hamás es responsable de toda la actividad hostil en la Franja de Gaza", indicó a través de un mensaje en su cuenta oficial en la red social Twitter.
El ataque israelí fue condenado por Al Fatá, que aseguró que seguirá adelante con el proceso de unidad palestina y que mantiene su "firme posición a la hora de avanzar para lograr la unidad nacional, independientemente de los desafíos y dificultades".
Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) habló de "peligrosa escalada" por parte de Israel tras el bombardeo, resaltando que es "un intento desesperado de sabotear los esfuerzos de unidad" por parte de las autoridades israelíes.
El ataque fue llevado a cabo un día antes de que Hamás entregue a Al Fatá el control de los puestos fronterizos de la Franja de Gaza, en el marco del acuerdo entre ambas partes para lograr la unidad administrativa.
Netanyahu ya ha advertido de que su Ejecutivo no entablará ningún diálogo de paz con "un Gobierno palestino que dependa de Hamás", en la medida en que se trata de "una organización terrorista que pide la destrucción de Israel".
Hamás y Al Fatá no han acordado de momento ningún gabinete de unidad que incluya al primero de estos movimientos, aunque es posible que el tema salga a colación en las conversaciones que ambas partes mantendrán en El Cairo a finales de noviembre.
