El número de muertos civiles en la primera mitad de año ha aumentado un 14 por ciento respecto a 2012

MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -

Más de 1.300 civiles han perdido la vida en Afganistán en los seis primeros meses de 2013, lo que supone un incremento en un 14 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado, según revela un informe de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), hecho público este miércoles. El documento atribuye el 74 por ciento de los casos a las acciones de las fuerzas insurgentes e indica que el 25 por ciento de las víctimas mortales eran mujeres y niños.

El Informe sobre Protección de Civiles en el Conflicto Armado de Afganistán de la UNAMA documenta al menos 1.319 civiles muertos (al menos 337 mujeres y niños) y 2.533 heridos en la primera mitad de 2013, lo que supone un incremento global del 23 por ciento entre unos y otros (13,9 por ciento en los fallecidos, 28 por ciento entre los heridos).

"Este aumento invierte el declive que se había observado en 2011 y hace temer que se vuelva al ritmo de 2011, cuando se documentó un alto número de civiles muertos y heridos", indica el informe anual sobre las víctimas del conflicto, que efectúa la UNAMA desde 2007.

En cuanto al perfil de las víctimas, el documento recoge un incremento global del 61 por ciento en el caso de las mujeres (106 muertas y 241 heridas) respecto al año anterior, sobre todo a causa del fuego cruzado provocado por los enfrentamientos armados entre los dos bandos.

Asimismo, el informe indica que 761 de las víctimas han sido niños (231 muertos y 529 heridos), un 30 por ciento más que en la primera mitad de 2012. Las causas principales son la explosión de bombas, la detonación de artefactos que no habían explosionado o que habían sido abandonados y el fuego cruzado.

GRUPOS INSURGENTES

El informe atribuye el 74 por ciento de las víctimas civiles a los grupos armados antigubernamentales, cuyas acciones han causado un 16 por ciento más de muertos y heridos que respecto al mismo periodo en 2012. Las fuerzas progubernamentales han causado el nueve por ciento de las víctimas.

Aparte, un doce por ciento de los casos no han sido atribuidos a ninguno de los bandos y han sido el resultado de los combates entre las fuerzas gubernamentales e insurgentes, y en el cinco por ciento restante se desconoce totalmente la autoría y se han debido, sobre todo, a la detonación de artefactos que no habían explosionado.

El documento demuestra también que el principal factor del incremento del número de víctimas lo constituyen las bombas de fabricación artesanal (IEDs), responsables del 35 por ciento de los muertos y heridos. Al menos 443 civiles han muerto y 917 han resultado heridos a causa de estos explosivos, lo que supone un 34 por ciento de incremento respecto al mismo periodo en 2012. Aparte, las tácticas de ataque basadas en este tipo de explosivos (atentados suicidas u otros ataques más complejos) han causado el 52 por ciento de las víctimas documentadas por la UNAMA.

El segundo factor han sido los combates entre las fuerzas armadas afganas y los grupos armados insurgentes, que han causado el 25 por ciento de las víctimas civiles, con un total de 971 (207 muertos y 764 heridos), una cifra superior en un 42 por ciento respecto al mismo periodo en 2012.

Asimismo, se ha registrado un aumento en el número de asesinatos selectivos, de atentados contra funcionarios del Estado (un 76 por ciento de aumento respecto a 2012) y de amenazas e intimidaciones por parte de los grupos armados antigubernamentales. Al respecto, UNAMA ha registrado 262 ataques de las fuerzas insurgentes contra civiles acusados de colaborar con el Gobierno, con un balance de 312 muertos y 131 heridos (un incremento del 29 por ciento respecto a 2012).