MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -
La ONU ha alertado este viernes de los efectos que el ciclón Fani que ha provocado inundaciones en la localidad india de Puri, un importante centro sagrado en el país, podría tener en los campamentos de refugiados de Bangladesh.
'Fani' llegó al estado de Odisha en torno a las 08.00 horas de este viernes después de acumular fuerza durante varios días en las inmediaciones de la bahía de Bengala, según ha explicado el Departamento Nacional de Meteorología, con vientos de unos 200 kilómetros por hora.
El portavoz de Naciones Unidas Denis McClean ha destacado la política de prevención de desastres naturales impulsada por la ONU y ha señalado que la "precisión casi exacta de las alertas tempranas del departamento meteorológico de la India han permitido llevar a cabo un plan de evacuación que ha facilitado el traslado de más de un millón de personas".
Según la Organización Meteorológica Mundial, el pronóstico actual es que el ciclón Fani "se desplace hacia el noreste, hacia Bangladesh".
Por su parte, la portavoz del Programa Mundial de Alimentos Claire Nullis espera que el impacto "sea menos grave en zonas como, por ejemplo, Cox's Bazar".
Ante esta situación, ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones han puesto en marcha distintas medidas para garantizar la protección de las familias durante las fuertes lluvias previstas para esta jornada. Asimismo, durante las últimas semanas se han distribuido "kits de amarrado" para asegurar casas y refugios.
El Programa Mundial de Alimentos ha señalado en un comunicado oficial que su personal ha estado realizando una serie de actividades para reducir el riesgo de desastres en torno a Cox's Bazar y hacer que los campamentos sean "más seguros y accesibles" durante la temporada de monzones y ciclones.
El portavoz Hervé Verhoosel ha añadido que hay existencias de alimentos y suministros básicos que se podrían utilizar en caso de que se produjera un gran impacto.
Más de 700.000 rohingyas huyeron en agosto de 2017 hacia el vecino Bangladesh por la campaña militar puesta en marcha por el Gobierno birmano en el estado de Rajine, donde se concentra esta minoría étnica de fe musulmana. Más de cien personas murieron y decenas de pueblos fueron reducidos a cenizas. La ONU llegó a hablar de "limpieza étnica".
