NUEVA YORK, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, urgió hoy a los Estados miembros de Naciones Unidas a superar sus diferencias y llegar a un consenso para la reforma administrativa de la organización.
El llamamiento de Annan se produjo después de que los 132 países en vías de desarrollo que conforman el llamado Grupo de los 77 (G-77) solicitaran más detalles sobre la propuesta de reforma del titular de la ONU.
"Espero que los Estados miembros se den cuenta de que nos encontramos en una etapa crítica. Los países tienen propuestas serias sobre la mesa y les urjo a dejar de lado sus diferencias, a centrarse en el interés de la organización y a alcanzar un acuerdo sobre cómo seguir adelante", declaró el secretario general ante la prensa.
Agregó que los países deben conversar con un espíritu de compromiso y negociación para encontrar una solución al actual punto muerto.
Esta mañana, los integrantes de la Quinta Comisión de la Asamblea General --responsable del presupuesto de la ONU-- decidieron posponer para el jueves el debate sobre la reforma, después de haber pedido la semana pasada al secretario general que presente a la Asamblea un informe en septiembre donde detalle su paquete de propuestas.
El embajador de Chile ante la ONU, Heraldo Muñoz, explicó que el objetivo del G-77 es que la reforma sea justa para todos los Estados Miembros. "Lo que está en juego es la confianza que debe existir entre los miembros de Naciones Unidas parar llevar adelante una reforma de la administración que deje satisfechos a todos. Hay una atmósfera de dudas respecto a los propósitos de la reforma administrativa: si ésta va a significar mayor eficiencia, transparencia, responsabilidad, o si va a reforzar patrones de poder que el Grupo de los 77 no desearía ver. Quisiéramos una reforma efectiva, con transparencia, con elementos que apunten hacia unas Naciones Unidas que puedan hacer su trabajo mucho mejor en representación de todos los 191 países", recalcó el diplomático.
La propuesta de reforma de Annan tiene la intención de adaptar la ONU a la realidad actual. El pasado diciembre, los Estados miembros adoptaron una iniciativa promovida por Estados Unidos en la que se condiciona el presupuesto del segundo semestre de 2006 a la aprobación de las reformas.
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