Un niño yazidí junto a una casa destruida en Sinjar
REUTERS / SUHAIB SALEM
Actualizado: jueves, 3 agosto 2017 18:48

MADRID, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria ha denunciado que, tres años después de que el grupo terrorista Estado Islámico atacase en masa a los yazidíes, esta comunidad sigue siendo víctima de "genocidio", por lo que ha instado a la comunidad internacional a tomar medidas para depurar responsabilidades.

Estado Islámico irrumpió en zonas de mayoría yazidí en el marco de su ofensiva relámpago en el noroeste de Irak en verano de 2014, matando a miles de personas y esclavizando a mujeres y niñas de esta comunidad como castigo por su supuesta herejía.

El 3 de agosto de ese año, el grupo yihadista lanzó un ataque sobre Sinjar que a ojos de la ONU equivale a un "genocidio". Un estudio publicado por Public Library of Science y que podría servir como base en futuras investigaciones judiciales cifra en 3.100 los yazidíes muertos y en 6.800 los secuestrados durante la ofensiva terrorista.

"El genocidio continúa y sigue prácticamente sin respuestas, a pesar de la obligación de los Estados parte de la Convención para la Prevención y el Castigo del Delito de Genocidio de 1984 de prevenir y castigar este crimen", ha lamentado la comisión de la ONU en un comunicado.

En este sentido, ha advertido de que "miles" de niños y hombres siguen desaparecidos y los milicianos continúan abusando de unas 3.000 mujeres sometidas a una violencia diaria que incluye violaciones y palizas. Parte de estas mujeres se encuentran recluidas en la ciudad siria de Raqqa y podrían haberse convertido de nuevo en mercancía con motivo de las operaciones militares lanzadas en esta zona.

La Comisión de Investigación ha reiterado una "recomendación" para que todas las partes que combaten en Siria e Irak al grupo liderado por Abu Bakr al Baghdadi estudien medidas para liberar a las personas cautivas. También ha emplazado a la comunidad internacional a catalogar de "genocidio" los abusos contra la población yazidí y, en consecuencia, dar pasos para juzgar a los responsables, por ejemplo mediante la implicación del Tribunal Penal Internacional (TPI) o la creación de una corte 'ad hoc'.

CONMEMORACIÓN

Los propios yazidíes han conmemorado el tercer aniversario de la barbarie en un templo ubicado a los pies de la montaña que domina Sinjar. "La herida sigue sangrando", ha declarado a la agencia de noticias Reuters uno de los asistentes al acto, al que también han acudido el alcalde y otras autoridades locales.

"Los kurdos y el Gobierno iraquí combaten por Sinjar y estamos pagando el precio", ha añadido. Las fuerzas peshmerga recuperaron la mitad de la zona a finales de 2015 y la anexionaron a la región autónoma que aspira a la independencia, mientras que los paramilitares chiíes se hicieron con el control de la parte restante en mayo.

Un comandante local de la Policía kurda (Asayish), Ashti Kojer, ha admitido a Reuters que la población local está "preocupada", habida cuentade que "la región se ha convertido en zona de conflicto". Estas tensiones limitan la llegada de organizaciones que podrían contribuir a la reconstrucción y rehabilitación de la zona y, por extensión, desalientan la vuelta de desplazados y refugiados.

Amplias zonas de la ciudad siguen vacías y el director de la oficina del alcalde, Jalal Jalaf, estima que sólo 1.000 families yazídies han regresado desde que la zona fue liberada en 2015. Sinjar y sus áreas aledañas habían llegado a albergar a unos 400.000 miembros de esta comunidad.

El alcalde de Sinjar, Mahma Xelil, yazidí, ha responsabilizado durante el acto al ex primer ministro Nuri al Maliki de lo ocurrido hace tres años porque era él el responsable del Gobierno, mientras que otras voces culpan a los kurdos por ser quienes defendían la zona atacada.

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