MISIÓN DE LA ONU EN SUDÁN DEL SUR
MADRID 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Misión de la ONU en Sudán del Sur (UNMISS) ha revisado a la baja el balance inicial y ha informado de que serían once los civiles que han muerto en el ataque cometido el jueves por hombres armados contra su base en Akobo, en el estado sursudanés de Jonglei, además de los dos cascos azules de cuya muerte ya había informado previamente.
En un comunicado, la UNMISS había señalado que estimaba que "al menos 20 civiles que buscaron refugio dentro de la base murieron durante el ataque". Posteriormente, a través de su cuenta en Twitter, la misión de la ONU ha "enmendado" el balance y ha informado de "al menos once" civiles muertos.
Además, dos soldados indios "fueron abatidos mientras defendían la base contra los asaltantes" y un tercer soldado indio resultó herido en el pecho y se encuentra estable.
Los restos de los dos fallecidos han sido trasladados a Yuba, mientras que el personal de la ONU en Akobo ha sido trasladado en helicóptero, al igual que el herido, a Malakal, en el vecino estado de Nilo Alto. Junto a ellos también han sido trasladados siete civiles sursudaneses y una decena de miembros de ONG.
Asimismo, la misión de la ONU ha precisado que está en curso una operación para proceder a evacuar a 40 efectivos de una base en Yuai, en el estado de Jonglei, esta misma tarde.
"Lamento este ataque injustificado contra la base de la UNMISS en Akobo, que ha matado a 'cascos azules' que estaban aquí para proteger a civiles y servir al pueblo de Sudán del Sur", ha denunciado la representante especial de la ONU para el país africano, Hilde F. Johnson.
"Se trata de un acto criminal cuyos responsables deberán rendir cuentas", ha añadido, al tiempo que ha dejado claro que "tales ataques no nos disuadirán de seguir realizando nuestro mandato".
RECONSTRUCCIÓN DEL ATAQUE
De acuerdo con la reconstrucción del ataque ofrecida este viernes por la UNMISS, unos 2.000 jóvenes armados, aparentemente de etnia lou nuer, rodearon la base de Aboko hacia las 15:45 horas del jueves y abrieron fuego contra los civiles de etnia dinka que habían buscado refugio en su interior.
Los efectivos de la UNMISS intentaron negociar con los asaltantes, pero éstos procedieron a dispararles y tomaron la base, apoderándose de armamento, munición y otros suministros. Hacia las 18:00 horas, tras una operación conjunta de la UNMISS y el Ejército sursudanés (SPLA), se recuperó el control de la base, que sigue protegida actualmente por militares sursudaneses.