NUEVA YORK, 25 Ene. (Reuters/EP) -
Naciones Unidas está sopesando estudiar en 2013 la reivindicación de China sobre las islas Senkaku/Diaoyu, que están bajo administración Japón, a pesar de que Tokio ha urgido a la organización internacional a mantenerse al margen de la disputa territorial.
Pekín ha explicado ante una comisión especial de la ONU que la plataforma continental del mar de China Oriental, donde se encuentran las Senkaku/Diaoyu, es en realidad una prolongación de la plataforma continental del territorio chino.
La delegación china han detallado que el archipiélago está situado entre la cuenca del mar de China Oriental y la depresión de Okinawa, que "es la terminación natural de la plataforma continental" del gigante asiático.
El Derecho del Mar establece que "la plataforma continental comprende el lecho y el subsuelo de las aguas marinas que se extienden más allá del mar territorial (12 millas náuticas) a lo largo de la prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental o hasta las 200 millas náuticas".
En el caso de países que sean limítrofes en cuanto a la plataforma continental, el Derecho del Mar establece que ésta se delimitará mediante un acuerdo entre ellos y, en caso de que no sea posible, "por la línea media cuyos puntos sean todos equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base desde donde se mide el mar territorial".
China ha revelado a la comisión especial que se encuentra en negociaciones con los otros estados limítrofes para delimitar la plataforma continental, al tiempo que ha asegurado que el dictamen de la misma no afectará a las conversaciones sobre esta cuestión con sus vecinos regionales.
La comisión especial, que se encarga de evaluar la validez científica de las cuestiones planteadas por los países sobre la delimitación de la plataforma continental, ha aceptado incluir la solicitud china en la agenda de la reunión que celebrará entre el 15 y el 30 de agosto.
Si bien, la comisión especial ha subrayado que su dictamen no equivale a un fallo, por lo que ha instado a los países a resolver sus disputas territoriales mediante acuerdo o, en caso de que no sea posible, ante la Corte de Justicia Internacional (CIJ).
QUEJA JAPONESA
Por su parte, la delegación japonesa ha enviado una carta a la comisión especial instándola a abstenerse en esta cuestión dado que "las islas Senkaku (como se conocen en Japón) son parte inherente del territorio japonés, a la luz de los hechos históricos y del Derecho Internacional".
En respuesta, la delegación china ha enviado otra carta a la comisión especial tachando de "ilegal e inválida" la reivindicación japonesa sobre el archipiélago, al considerar que "tanto las islas Diaoyu (como se conocen en China) como sus afiliadas son parte inherente del territorio chino desde la antigüedad".
EL CONFLICTO
La tensión regional se disparó el pasado 11 de septiembre, cuando el Gobierno de Japón anunció la compra de tres de las cinco islas que forman el archipiélago a su propietario privado por 2.000 millones de yenes (20 millones de euros), que saldrán de los fondos reservados.
El plan de compra se puso sobre la mesa el pasado mes de junio, cuando el entonces jefe de Gabinete, Osamu Fujimura, anunció la intención del Gobierno de sustituir el contrato de arrendamiento por uno que garantizara el control de las autoridades japonesas sobre el archipiélago.
Sin embargo, la disputa territorial se remonta a 1895, cuando Japón se anexionó formalmente las islas para construir una planta procesadora de atún que dio empleo a 200 personas, aunque en 1940 el negocio se desplomó y las islas quedaron desiertas.
Entre 1945 y 1972, el archipiélago permaneció bajo dominación estadounidense, como parte de los acuerdos alcanzados entre Washington y Tokio tras la Segunda Guerra Mundial. Desde la salida estadounidense de las islas, China y Taiwán reclaman su soberanía.
China alega que descubrió el archipiélago en el siglo XIV y, a pesar de las tensas relaciones que mantiene con Taiwán, reconoce que algunas islas pertenecen al territorio como parte de la ciudad de Toucheng, ubicada en el condado de Yilan.
En cambio, Japón asegura que el archipiélago pertenece al completo a la ciudad de Ishigaki, ubicada en la prefectura de Okinawa, y, por tanto, rechaza las reivindicaciones chinas y cualquier acuerdo alcanzado entre Pekín y Taipei.