FARC
JOHN VIZCAINO/REUTERS
Actualizado: jueves, 17 noviembre 2016 23:50

BOGOTÁ, 17 Nov. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

El jefe de la Oficina de Naciones Unidas en Colombia, Todd Howland, ha urgido al Gobierno y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a acelerar la aplicación del acuerdo de paz ante la fragilidad del alto el fuego vigente.

"El proceso de paz no puede durar para siempre", ha dicho Howland en declaraciones a la prensa desde Bogotá. "Los retrasos en la implementación del acuerdo de paz significan violaciones de los Derechos Humanos", ha señalado.

Howland ha llamado la atención sobre la incertidumbre del proceso de concentración de los guerrilleros de las FARC para deponer las armas. Muchos insurgentes han comenzado a abandonar sus territorios tradicionales para acudir a estas zonas veredales a pesar de que el acuerdo de paz sigue en el aire.

"Se están agrupando pero esto está dejando vacíos de poder" que pueden llenar otros grupos armados ilegales, ha explicado. De acuerdo con Howland, esto deja a los residentes locales en el fuego cruzado. "Está generando violencia", ha denunciado.

Al menos 21 activistas y defensores de los Derechos Humanos, la mayoría de comunidades indígenas y afrocolombianas, han muerto este año a manos de grupos armados, "y un porcentaje significativo está relacionado con el proceso de paz", ha apostillado Howland.

El Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, ha advertido esta semana de que "la situación es inestable", después de que se produjera la primera violación de la tregua vigente desde el 29 de agosto y hasta el 31 de diciembre por la muerte de dos guerrilleros abatidos por el Ejército.

"El alto el fuego es frágil. Estamos muy preocupados porque en cualquier momento las cosas pueden estallar de nuevo", ha dicho Leyner Palacios, un líder local de la región de Bojaya, en la región occidental de Colombia.

NUEVO ACUERDO

El pasado 2 de octubre los colombianos rechazaron en un plebiscito el acuerdo firmado por el Gobierno y las FARC, lo que obligó a las partes a volver a la mesa de negociaciones para ajustar lo pactado con las propuestas de la campaña del 'no'.

Este fin de semana las delegaciones del Ejecutivo y la guerrilla han alumbrado un nuevo documento que recoge modificaciones en temas de justicia transicional, participación política, propiedad privada y drogas.

Representantes del 'no' han rechazado la última versión de los textos de La Habana porque "no se hicieron muchos de los cambios sustantivos que se solicitaron y fueron determinantes para que el acuerdo inicial fuera rechazado por la mayoría de los colombianos en las urnas".

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