JERUSALÉN 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los líderes y el Gobierno palestino reaccionaron hoy con furia a la decisión de Israel de cortar toda relación con las autoridades palestinas, algo que según el partido gobernante, Hamás, supone "una declaración de guerra", mientras que para el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas este movimiento viola la ley internacional.
El primer ministro en funciones, Edhud Olmert, declaró ayer que Israel pondrá fin a toda relación con la Autoridad Palestina, que desde la victoria electoral de Hamás, es considerada por el estado sionista una "entidad hostil". Olmert confirmó asimismo que sus actuaciones irán encaminadas a evitar que Hamás consiga formar un Gobierno estable, según recoge el diario israelí 'Haarezt'.
La decisión israelí se produce dos semanas después de que Abbas tomara juramento al nuevo Ejecutivo palestino, encabezado por el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, y días después de que Hamás ofreciese a su vecino "calma a cambio de calma".
Un portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, leyó hoy un comunicado en Gaza en el que valoró que la decisión israelí de cortar toda relación con los palestinos responde a una declaración de guerra y fracasa en sus intentos de crear divisiones internas entre palestinos".
En la ciudad cisjordana de Ramala, Abbas declaró que la posición israelí "viola completamente los acuerdos firmados entre ambos gobiernos, así como la legislación internacional". Asimismo, pidió al Ejecutivo encabezado por Olmert que detenga este tipo de actuaciones. AISLAR A HAMÁS
El fin de las relaciones entre israelíes y palestinos supuso hoy el cierre de la oficina de coordinación para la seguridad de la ciudad cisjordana de Jericó. Los miembros palestinos de dicho organismo abandonaron hoy las instalaciones, tras recibir ayer a última hora la notificación de sus contrapartes israelíes. Esta oficina era la última en que palestinos e israelíes cooperaban directamente y manejaban en conjunto.
Este anunció del fin de la cooperación, junto con la decisión tomada la semana pasada por la Unión Europea y Estados Unidos de recortar las ayudas directas a la Autoridad Palestina ante la negativa de Hamás a reconocer el derecho a la existencia del Estado israelí, así como a abandonar la violencia, complican notablemente la la situación del Gobierno palestino.
El Gobierno de Olmert tiene la intención de aislar al Ejecutivo que lidera Hamás, para lo que ha establecido algunas medidas como denegar el acceso a Israel a enviados extranjeros que se reúnan con miembros de Hamás, aunque actuará también para tratar de prevenir una crisis humanitaria en los territorios palestinos, según manifestó el Ejecutivo.
Así, la ayuda humanitaria destinada a la población palestina será entregada a organismos que no estén bajo el control del Gobierno que lidera Hamás, según explicaron funcionarios israelíes. Asimismo se restringirá a la población palestina el desplazamiento entre Gaza y Cisjordania únicamente para visitas personales en festividades musulmanas o cristianas. También se permitirán las visitas a los presos palestinos que se encuentren en cárceles israelíes.
Bajo estas nuevas medidas, el presidente Abbas y su séquito, estarán autorizados a desplazarse entre ambos territorios palestinos, pero no podrán hacerlo miembros de la seguridad palestina.