MADRID, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
El embajador israelí en Madrid, Victor Harel, aseguró hoy que los israelíes están en la región de Oriente Próximo "para quedarse" y que "ningún fundamentalista nos borrará de la faz de la tierra", en alusión a las declaraciones del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. Asimismo, consideró que la guerra en Líbano ha traido algunas consecuencias positivas y rechazó cualquier tipo de negociación con Siria.
Harel, que participó hoy en una conferencia organizada por Diálogo Europeo, admitió que "seguramente habría sido más fácil crear el Estado de Israel como Andorra" y no en "un mar islámico", pero, subrayó, "ese es nuestro país, ese es nuestro hogar, esa es la tierra que nos ha dado nuestro Dios". Por ello, añadió, "estaremos allí cueste lo que cueste porque no tenemos otro Estado u otra patria".
Según el diplomático israelí, los israelíes están dispuestos a hacer frente a una nueva guerra como la de Líbano o "incluso a amenazas más serias" como un Irán armado nuclearmente. "Ahí estamos para quedarnos y ningún fundamentalista va a borrarnos de la faz de la tierra", remachó.
En este sentido, consideró que "si hay un peligro existencial para Israel no viene de Hezbolá, de Hamás e incluso de Siria, sino de un Irán armado nuclearmente". Harel, que criticó duramente al "Gobierno fundamentalista, islamista e irresponsable" de Irán, subrayó que si Teherán se dota de armas nucleares no sólo amenaza a Israel sino también a Europa, a Estados Unidos y al mundo entero.
El embajador, que dijo no poder ser "explícito" sobre la presunta posesión de armas nucleares por parte de Israel, prometió que los israelíes "no seremos los primeros en introducir armamento nuclear en cualquier conflicto". Según Harel, "hoy es Corea del Norte (con su ensayo nuclear) y mañana será Irán". "Si esa pesadilla se hace realidad esas armas podrían caer en manos de Hezbolá, su gran amigo", previno.
SIRIA
En cuanto a Siria, Harel insistió en repetidas ocasiones durante su discurso y en la posterior ronda de preguntas en que el régimen de Bashar al Assad mantiene un "doble lenguaje" pero en realidad no ha modificado "un ápice sus posiciones". Además, sigue dando cobijo a grupos terroristas palestinos y respaldando a Hezbolá, por eso, precisó "mientras no dé muestras de que está luchando contra el terrorismo internacional Siria seguirá siendo parte del problema" y no de la solución.
"Por nuestra parte no hay ninguna posibilidad ni deseo de entablar conversaciones con Siria" que, explicó, lo que quiere es que se hable sobre los altos del Golán, ocupados por Israel. Preguntado sobre las dos visitas que el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos ha realizado a Siria, la última este fin de semana, el embajador se limitó a decir que "conciernen pura y exclusivamente a España y son parte de su política exterior".
GUERRA EN LIBANO
Por otra parte, consideró que "la guerra de Líbano ha cambiado una serie de circunstancias en nuestra región" y actualmente "hay situaciones indefinidas y procesos en ebullición" cuyos resultados podrían verse "en las próximas semanas con claridad". Por ello, admitió, "vemos la situación con cierta preocupación".
El embajador israelí aprovechó en este punto para repasar las consecuencias positivas y negativas que ha dejado la guerra de este verano. Una de ellas, indicó ha sido el abandono del plan de desconexión para Cisjordania del primer ministro israelí, Ehud Olmert. Israel, explicó Harel, ha tenido que "reflexionar sobre su unilateralismo" después de tener que volver al sur de Líbano que había abandonado en 2000 y plantearse ahora la posibilidad de volver a la franja de Gaza tras abandonar el territorio en 2005.
En cuanto a los aspectos positivos, indicó, la milicia chií libanesa Hezbolá, que son "unos terroristas", "recibió un golpe tremendo" y su líder, Hassan Nasralá, y el resto de dirigentes "siguen viviendo en la clandestinidad". La guerra ha servido, añadió, para que "la próxima vez que Hezbolá considere un acto de agresión contra Israel se lo piense mil veces".
Harel reiteró que la guerra era contra Hezbolá y no contra el Gobierno de Fuad Siniora, al que, afirmó, Israel "admira" porque acabó con la ocupación siria en Líbano. Esto, agregó, "nos llevó a autolimitarnos" a pesar de que en los medios españoles se hablara de "uso excesivo de la fuerza". En este sentido, recordó que Israel lanzó al inicio de la contienda octavillas en el sur de Líbano para advertir a la población civil de que abandonara la zona, "pero se quedaron, lo que nos impidió actuar como hubiéramos querido".
En su opinión, el poder de disuasión de Israel "no se ha visto afectado" y aseguró que la presencia de la Fuerza Interina de la ONU en Líbano (FINUL) en el sur de este país es "para apoyar y arropar al Gobierno libanés y no para defender a Israel". "Nunca dejaremos la defensa de Israel en manos de otros", aseveró con contundencia. También consideró positiva la presencia "por primera vez en casi 40 años del Ejército libanés" en el sur de Líbano.
En cuanto a las consecuencias negativas, según el embajador israelí, "ha habido errores", "no recuperamos a los soldados" secuestrados por Hezbolá, "no logramos acabar realmente con el aparato militar" de esta milicia y además hubo 44 soldados y 116 civiles israelíes muertos. Por ello, agregó, "no confiamos en Hezbolá porque continúan armados y desean todo el territorio de Israel". A este respecto, indicó que Israel tiene "pruebas" de que Siria ha enviado armas a Hezbolá.
CENTRALIDAD DEL CONFLICTO PALESTINO
Por último, Harel aprovechó para "rechazar la centralidad del conflicto palestino-israelí y que este sea el que domina y predomina sobre los demás". Para el diplomático nacido en Uruguay, "lo que pasa en Irak, Afganistán, Darfur (Sudán) y otros conflictos islámicos nada tiene que ver con el conflicto palestino". "No hay que hacerlo responsable de todos los males" y mucho menos "el tumor primario", en alusión a unas declaraciones recientes sobre este conflicto de Moratinos.
Así, en referencia a la situación actual en la franja de Gaza, donde Israel está recrudeciendo sus operaciones militares, Harel aseguró que "no vamos a permitir que Gaza se convierta en una República Islámica de Hamás" como el sur de Líbano era "una República Islámica de Hezbolá". En este sentido, expresó su deseo de que "no estemos ante una tercera Intifada" y aseguró que Israel sigue "tendiendo la mano" al presidente palestino, Mahmud Abbas, para dialogar con él.