JERUSALÉN, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
El preso palestino Samir al Barq ha retomado su huelga de hambre para protestar por su detención administrativa, una figura que permite a las autoridades israelíes prolongar indefinidamente la estancia en prisión preventiva sin presentar cargos.
El abogado de Al Barq, Fadi Ubeidat ha explicado que su cliente reanudó la huelga de hambre el pasado domingo por el retraso en la implementación del acuerdo suscrito con las autoridades israelíes para liberarle.
El pasado 23 de septiembre, Al Barq puso fin a 125 días de huelga de hambre para exigir su liberación, después de que Tel Aviv llegara a un acuerdo con El Cairo para que le acogiera en territorio egipcio, una vez excarcelado.
Ubeidat ha indicado que el preso palestino considera que Israel ha retrasado intencionadamente la implementación del acuerdo, por lo que ahora no aceptará otro pacto, y mucho menos uno que suponga su exilio a un tercer país.
"Al Barq no pondrá fin a su huelga de hambre hasta que vuelva a su casa, en Jayyous, en el norte del distrito de Qalqiliya, en Cisjordania", ha dicho el letrado, en declaraciones a la agencia de noticias Maan.
Se trata de la tercera huelga de hambre que inicia el preso palestino. La primera la comenzó el 15 de abril y la depuso un mes después ante el compromiso de Israel de revisar su detención administrativa. Tras una semana, la reanudó porque las autoridades hebreas decidieron mantenerle encarcelado.
Por su parte, la portavoz del Servicio Penitenciario del país hebreo, Sivan Weizman, ha informado de que, a pesar de que Al Barq ha amenazado con retomar su ayuno voluntario, de momento no lo ha hecho porque sigue comiendo y bebiendo.
Amnistía Internacional (AI) denunció en un informe el caso de Al Barq, instando a las autoridades israelíes a ponerle en libertad o a presentar cargos en su contra e ingresarle en un hospital, ya que, "quitando un breve periodo de ocho días, suma 133 en huelga de hambre".
La organización humanitaria ha calificado de "inhumano" y "degradante" el trato dado a Al Barq por las autoridades israelíes "por negar el acceso a los servicios médicos a una persona al borde de la muerte y por tenerla atada a la cama con grilletes".
VARIAS DETENCIONES
Según ha relatado el hermano de Al Barq, Samir Helmi, a AI, el palestino fue detenido por primera vez en el 15 de julio de 2003 en Islamabad sin saber por qué, después de que presentara una solicitud para cursar un doctorado de Estudios Islámicos en la capital paquistaní.
Las autoridades paquistaníes se lo entregaron a las estadounidenses, que le tuvieron tres meses en una cárcel secreta situada fuera del país centroasiático, donde "sufrió numerosas formas de tortura inhumana".
El 26 de octubre de 2003 las autoridades estadounidenses se lo entregaron a las de Jordania, su país de origen, que le mantuvieron encarcelado cuatro años sin presentar cargos en su contra, sin permitirle contactar con su familia y sometiéndole a "tortura física y mental".
Finalmente, en enero de 2008 le pusieron en libertad bajo fianza, pero le detuvieron otra vez en abril de 2010 y se lo entregaron a las autoridades israelíes, que desde entonces le mantienen en régimen de detención administrativa.
