BRUSELAS 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
La OTAN admite que existen varios focos de discrepancia con la Federación Rusa y que la temperatura de las relaciones se ha elevado, pero cree que expresiones como "guerra fría" no describen la actual situación ni reflejan la realidad. "No dramaticemos", subrayó hoy el portavoz de la Alianza, James Appathurai.
El hecho que ha tensado la cuerda de las relaciones con Moscú fue el anuncio del presidente Vladimir Putin de suspender su participación en el Tratado sobre Fuerzas y Armas Convencionales en Europa (FACE) a partir de 12 de diciembre. LA OTAN reclama a Rusia retirarse de Transniester y otras áreas de la extinta Unión Soviética para ratificar este instrumento, que tiene como principal objetivo limitar el despliegue bélico.
La decisión de Moscú se interpreta también como una respuesta al plan norteamericano de instalar su escudo antimisiles en la República checa y Polonia, algo que en Rusia se ve con recelo a pesar de que Estados Unidos ha garantizado una total transparencia y ofrecido a los rusos una amplia cooperación.
El estatus final de la provincia serbia de Kosovo es el tercer motivo de conflicto con Occidente porque Moscú se niega a admitir una eventual independencia y la OTAN será la encargada de velar por la estabilidad de la región cuando se llegue finalmente a un acuerdo en el seno de Naciones Unidas.
"Claro que la temperatura ha aumentado, pero eso no significa que haya aumentado la preocupación. Todavía hay muchos ámbitos de cooperación y el trabajo práctico funciona bien", resaltó Appathurai en una comparecencia ante la prensa, en la que empleó un lenguaje diplomático para definir el estado actual de relaciones con Rusia de "contradictorio".
No obstante, agregó que no conviene olvidar que la OTAN y Rusia no han interrumpido sus contactos en los últimos 17 años y que ambos se sientan en una mesa en la que Rusia no está "enfrente" sino situada en orden alfabético donde las discusiones y las decisiones "sobre" Rusia incluyen a Moscú "desde el principio y no al final".
El portavoz de la Alianza recordó asimismo que Moscú participa en una importante misión de la OTAN en el Mediterráneo o que el intercambio de información y la colaboración de los servicios de inteligencia es constante.
A su modo de ver, este es el lado positivo de un marco de relación que permite a Rusia expresar sus desacuerdos como lo ha hecho ahora y no como lo hizo en 1999 durante la guerra de Kosovo, cuando rompió sus relaciones con la Alianza. "Ahora, incluso teniendo motivos de desacuerdo, las cosas son distintas", dijo.
Asimismo, volvió a defender la propuesta de celebrar una conferencia para abordar las preocupaciones rusas que hizo la Alianza el pasado 16 de julio, en respuesta a la carta formal en la que Rusia se desvinculaba del Tratado. La OTAN no ve con claridad cuáles son las pretensiones de Putin respecto al FACE y por eso quiere sentarse a hablar de ello.
Según Appathurai, los aliados están dispuestos a reunirse "cuando y donde sea" pero Rusia rechazó hoy mismo esta propuesta a través del jefe del departamento de Acuerdos Internacionales del Ministerio de Defensa, el general Evgueni Buzhinsky, quien dijo "no ver interés en celebrar semejante conferencia dado que la postura de la OTAN sobre el Tratado no ha cambiado".
Según el responsable del Ministerio ruso de Defensa, hay dos vías para resolver este asunto: o bien los países de la Alianza ratifican el Tratado y esperan a que entre en vigor antes de modificar el Tratado adaptado, o bien adoptan la decisión política de redactar uno nuevo.