Pakistán-Pakistán investiga la relación entre los radicales de la Mezquita Roja y los milicianos de la frontera noroeste

Actualizado: lunes, 16 julio 2007 15:28

PESHAWAR, (PAKISTÁN), 16 Jul. (EP/AP) -

Las autoridades paquistaníes intentan probar los supuestos vínculos entre los radicales capturados en la Mezquita Roja y los milicianos de la frontera noroeste del país, donde más de 70 personas murieron por los atentados suicidas con bomba durante el fin de semana.

El ministro del Interior, Aftab Khan Sherpao, informó de que el Gobierno está investigando cómo la escalada de violencia que está sufriendo el noroeste del país está relacionada con el asalto a la Mezquita Roja, en Islamabad, donde al menos 100 personas perdieron la vida. Sherpao, en unos comentarios a la cadena de televisión Geo, indicó que no dará más detalles por ahora sobre los posibles vínculos.

Aun así, fuentes oficiales sugirieron que los clérigos radicales de la mezquita tienen conexiones con los milicianos de la región de Waziristán del Norte y con los bastiones de Al Qaeda en la frontera con Afganistán. Los clérigos y los estudiantes de la mezquita y la escuela religiosa adjunta presionaron al Gobierno por una línea política de estilo talibán en Pakistán y dirigieron una campaña de patrullas anti vicio en la capital paquistaní, Islamabad, antes de encerrarse en la mezquita donde se atrincheraron hasta que el Ejército la asaltó.

El ministro de Información, Tariq Azim, indicó que se cree que en la mezquita se encontraban varios milicianos extranjeros y que algunos de ellos resultaron muertos en el enfrentamiento. "Eran milicianos entrenados y lucharon hasta el final", manifestó. Azim añadió que se está llevando a cabo una investigación para determinar cuáles de los detenidos son extranjeros. Fuentes oficiales indicaron que algunos extranjeros se encontraban entre los más de 100 muertos en el asalto del Ejército paquistaní a la mezquita, pero no hay pruebas aún que lo sustenten.

Los ataques ocurridos durante el fin de semana han surgido después de que los extremistas llamasen a la venganza por el sangriento asalto a la mezquita y de al menos una declaración de Yihad, o guerra santa, por un clérigo pro talibán.

Los milicianos de la región de Waziristán del Norte rompieron así mismo el acuerdo de paz que habían suscrito con el Gobierno. La ruptura del pacto, fruto del trabajo del Gobierno del presidente paquistaní, el general Pervez Musharraf, añade más presión al líder militar ya que tiene que lidiar tanto contra los extremistas musulmanes como con los movimientos en favor de la democracia.

REUNIÓN CON LOS MILICIANOS

Fuentes de la Inteligencia paquistaní han informado de que en un esfuerzo por salvar el acuerdo de alto el fuego, una delegación del Gobierno respaldada por líderes tribales mantienen hoy unas negociaciones con los líderes milicianos de la región en la ciudad de Miran Shah. Los milicianos están siendo presionados para mantener el acuerdo y el Gobierno se ha comprometido a compensar a cualquier persona que sufriese las primeras operaciones militares.

El consejero nacional de seguridad de Estados Unidos, Stephen Hadley, apoyó al presidente pero también criticó ligeramente la línea de acción que sigue el Gobierno con los milicianos extremistas. "Su acción en este punto no fue la adecuada, y no ha sido efectiva", comentó Hadley. "Nosotros le instamos a que haga más, y le proporcionamos nuestro completo apoyo a lo que él está considerando", añadió.

Estados Unidos informó en marzo de que proporcionará una ayuda de 544 millones de euros para el desarrollo económico dirigido a mitigar el apoyo a los extremistas en el noroeste del país. Aun así, no está claro como esos fondos, que se irán entregando durante cinco años, puede gastarse en una región donde el Gobierno tiene tan poco control.

Un portavoz de las milicias extremistas, Abdulá Farhad, anunció la finalización del alto al fuego que duró diez meses. Farhad comentó que los líderes talibán tomaron la decisión después de que el Gobierno no retirase las tropas de los puntos de control de Waziristán del Norte. También acusó a las autoridades de llevar a cabo ataques y no compensar a los heridos.

El Gobierno desplegó cientos de tropas en las zonas más conflictivas del noroeste en los últimos días esperando poder contener una posible reacción violenta por el asalto a la mezquita pero no fueron capaces de prevenir los ataques suicidas y las explosiones de bombas que terminaron con la vida de 73 personas durante el fin de semana.

Ayer, dos suicidas con explosivos y dos bombas en la carretera alcanzaron un convoy militar cerca de Swat, donde un terrorista suicida también atacó a decenas de personas que se examinaban para ingresar en la Policía en la ciudad de Dera Ismail Khan. Dera Ismail Khan está en estado de alerta desde hoy y la Policía controla todos los vehículos que entran y salen de la ciudad según ha informado el jefe de Policía, Gul Afzal Afridi.

Desde que comenzó el sitio a la mezquita el 3 de julio, 105 personas han muerto en ataques de milicianos, la mayoría de ellas en el noroeste de Pakistán. Entre ellas 72 eran miembros de las fuerzas de seguridad.