ROMA, 28 Abr. (EUROPA PRESS, Gloria Moreno) -
El Papa Benedicto XVI dedicó la audiencia general a dos santos sacerdotes italianos y afirmó que también hoy hay "muchos sacerdotes que se entregan generosamente a Dios y al rebaño que les han confiado".
El Pontífice puso a San Leonardo Murialdo (1828-1900) y San José Benito Cottolengo (1786-1842) como ejemplo para todos "en su entrega a Dios y en el testimonio de la caridad, vivida en la Iglesia y para la Iglesia, con los más necesitados". "¡Que su intercesión y su ejemplo sigan iluminando el ministerio de los muchos sacerdotes que se entregan generosamente a Dios y al rebaño que les han confiado", deseó.
De san Leonardo Murialdo recordó que, "tras superar en su juventud una profunda crisis espiritual, se hizo sacerdote" y luego entró en contacto con "los graves problemas de las clases más pobres", desarrollando una "profunda sensibilidad social, educativa y apostólica", detalló.
En cuanto a San José Benito Cottolengo, fundador de la obra "La Pequeña Casa de la Divina Providencia", también llamada 'Cottolengo', destacó que "después de años de ministerio sacerdotal", el "encuentro con una joven enferma, madre de cinco hijos y a la que tuvo que asistir en la muerte, cambió su vida". Desde aquel momento, el padre Cottolengo "utilizó todas sus capacidades" para dar vida a iniciativas de ayuda a los más necesitados".
Como es habitual, al término de la audiencia, el Papa saludó a algunas personas, entre las que se encontraban algunos miembros de las delegaciones ecuménicas de la Iglesia Luterana de Noruega y la Iglesia de Inglaterra, y un grupo de exponentes judíos.
