MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Parlamento de Afganistán ha suspendido este domingo a otros dos ministros -- el de Transporte y Aviación, Mohamadulá Batash, y el de Educación, Asadulá Hanif Balkhi -- a pesar de los ruegos del Gobierno para que eliminen el mecanismo de moción de censura por el daño político que está suponiendo al Ejecutivo, según informa Khaama Press.
El sábado se informó que el ministro de Exteriores del país, Salahuddin Rabbani, la ministra de Trabajo y Asuntos Sociales, Nasrin Oryakhil y el titular de Obras Públicas, Mahmood Baligh, fueron destituidos, por no presentar informes sobre el uso de los recursos presupuestarios para desarrollo.
Las destituciones provocaron una fuerte reacción del palacio presidencial, que declaró que estas acciones no corresponden a la Constitución.
De hecho, el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, y el jefe del Ejecutivo o primer ministro del país, Abdulá Abdulá, han pedido al Parlamento Nacional que ponga fin al procedimiento de la moción de censura.
"El presidente y el doctor Abdulá han explicado a los diputados que esta decisión ha supuesto un golpe político enorme para el Gobierno afgano en un momento crítico y les han pedido que detengan el proceso", ha explicado el presidente de la comisión de seguridad del Parlamento, Mirdad Najrabi.
El Parlamento no tiene intención de parar ahí, y pretende emplear el mismo mecanismo contra 14 ministros más. El Gobierno apelará todas y cada una de las mociones, pero hay diputados que se han mostrado radicalmente en contra de la detención del proceso.
"Da igual que los ministros no quieran comparecer. Vamos a votar en su contra para que se marchen. Es nuestra prerrogativa y no vamos a permitir que el Gobierno politice este proceso", ha declarado el diputado Gul Padsha Majidi.
Los ceses han debilitado aún más al Gobierno de unidad nacional afgano, enzarzado en luchas internas y enfrentado a una nueva y más potente ofensiva talibán. Lleva dos años sin celebrar unas esperadas elecciones parlamentarias que podrían servir para refrescar su legitimidad política.
