Actualizado: lunes, 8 diciembre 2014 12:49

BEIRUT, 2 Nov. (Reuters/EP) -

Miembros del ejército del Kurdistán iraquí, conocidos como peshmerga, se han sumado ya a la defensa de ciudad de Kobani, la ciudad más importante de las regiones sirias de mayoría kurda, que resiste desde hace mes y medio la ofensiva de los yihadistas del Estado Islámico.

En concreto son unos 150 peshmerga, "quienes se enfrentan a la muerte" en kurdo, que han podido pasar hasta Kobani a través de territorio turco.

Los peshmerga no estarán en primera línea de combate, sino que utilizarán piezas de artillería para apoyar la lucha de las milicias que defienden la ciudad, lideradas por la guerrilla kurda Unidades de Protección popular (YPG).

Las primeras acciones bélicas de los peshmerga se produjeron en la noche del sábado, cuando emplearon artillería de largo alcance contra las posiciones del Estado Islámico. "Los peshmerga se unieron a la batalla a última hora de ayer con su artillería. Es artillería de verdad", ha explicado el viceministro de Asuntos Exteriores de la administración kurda del cantón de Kobani, Idriss Nassan, en declaraciones a Reuters.

"No teníamos artillería y utilizábamos morteros y otras armas de fabricación propia, así que esto es bueno", ha argumentado Nassan, que no ha querido hablar de los últimos movimientos bélicos.

El secretario general del ministerio de los Peshmerga del Kurdistán iraquí, Jabbar Yawar, ha explicado que estos refuerzos "apoyan al YPG". "Tienen variedad de armamento semipesado", ha añadido.

Testigos presenciales han relatado desde el lado turco de la frontera, en Mursitpinar, muy cerca de Kobani, que en la noche del sábado fueron lanzados dos cohetes. Además, un corresponsal de Reuters ha informado de la intensificación de los combates este domingo.

Kobani está considerada una ciudad estratégica donde se pone a prueba además la efectividad de los bombardeos de la coalición internacional contra el Estado Islámico liderada por Estados Unidos.

El Estado Islámico controla aún vastas extensiones de territorio en el nordeste de Siria y el norte y centro de Irak pese a los bombardeos de Estados Unidos y sus aliados, iniciados en agosto.

El grupo yihadista proclamó a finales de junio el Califato islámico y nombró califa a su líder, Abú Bakr al Baghdadi, en adelante califa Ibrahim. La nueva organización se declara Estado independiente y reclama que todos los musulmanes del mundo le juren fidelidad.

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