Luís Montenegro.
Luís Montenegro. - Europa Press/Contacto/Maria JoãO Gala / Global Im
Actualizado: lunes, 11 marzo 2024 14:40

MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

Portugal ha virado a la derecha en estas últimas elecciones. A la espera de que el voto en el exterior confirme la pírrica victoria de la Alianza Democrática (AD), con los socialistas declarando ya ser oposición, la gran vencedora de la noche ha sido la ultraderecha de Chega, que celebra haber roto el bipartidismo y exige negociar para formar gobierno.

Las elecciones de este domingo lejos parecen estar de garantizar aquella "estabilidad" por la cual el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, decidió convocarlas de manera anticipada tras la sorpresiva renuncia de António Costa por un caso de corrupción que le señaló erróneamente.

Rehén de sus promesas en campaña, el líder de AD, Luís Montenegro, negó en varias ocasiones que pactaría con Chega para obtener las llaves del Palacio de São Bento y ha vuelto a apelar durante la pasada noche electoral a la responsabilidad del resto de formaciones políticas para asegurar la gobernabilidad.

En base a esta premisa de rechazo a la ultraderecha, si bien no está excluida del diálogo que quiere mantener con todas las fuerzas políticas, no habría una mayoría parlamentaria capaz de generar un gobierno a la largo plazo.

No será hasta el 20 de marzo cuando se conozcan los resultados del voto del exterior. Hasta entonces, se mantendrán las dudas en un Montenegro que a pesar de mostrarse convencido de que será el próximo primer ministro no ha dado detalles todavía de los posibles alternativas de gobernabilidad.

ALTERNATIVAS A LA DERECHA

André Ventura, jefe de Chega, también ha apelado al deber que debería tener Montenegro con la "clara mayoría" que han logrado las fuerzas conservadoras en estas legislativas y ha advertido de que sería irresponsable no ponerse de acuerdo.

Con el poder que le da haber sido la tercera fuerza más respaldada en estas elecciones, y una de las dos junto al minoritario Livre que más votos ha logrado con respecto a las pasadas, Ventura ha reprochado a Montenegro su promesa de campaña que le cierra las puertas de un gobierno, en el que insiste en estar.

La ultraderecha tiene la clave de la gobernabilidad, tanto si entra como si no en un hipotético gobierno y Ventura sabe de la tesitura en la que se encuentra Montenegro, quien tendría difícil explicar políticamente su cambio de opinión.

El otro escenario posible es una hipotética coalición conservadora con Iniciativa Liberal, cuarta fuerza más votada con algo más del 5 por ciento de los votos. Su líder, Rui Rocha, ha prometido que serán "responsables" en todos aquellos escenarios que se presenten durante los siguientes días.

UNA ULTRADERECHA DE RÉCORD

Pocas veces se ha visto en la historia de la democracia portuguesa un ascenso como el de Chega, que como tercera fuerza más votada ha crecido de manera vertiginosa hasta triplicar el número de votos en estas últimas legislativas.

Ventura se ha quedado a unos escasos votos de alcanzar la proeza que logró en 1979 el comunista Álvaro Cunhal, quien lideró la coalición Alianza Pueblo Unido en las que fueron las terceras elecciones después de la Revolución de los Claveles.

Chega ha logrado en estas elecciones 1,1 millones de votos, lo que significa el 18,1 por ciento del total y 48 diputados --uno más que los logrados por Cunhal en 1979--, frente a los 12 que obtuvo en 2022, siendo así una de las fuerzas de la ultraderecha europea que más ha crecido parlamentariamente.

ALTERNATIVAS A LA IZQUIERDA

A la espera de conocer los resultados en el exterior, apenas un 1 por ciento separa a la AD y al Partido Socialista (PS). Si bien esta última formación ha asumido públicamente su condición de oposición para los próximos años, los partidos más a la izquierda todavía se agarran a la posibilidad de ponerse de acuerdo para gobernar.

En caso de que Chega siga siendo relegada al ostracismo por el resto de formaciones, la coalición de socialistas y el resto de fuerzas a la izquierda más a los animalistas obtendría 91 diputados, cuatro más que los que formarían la AD y los liberales, pero lejos de la mayoría que conceden 116 diputados.

Sin embargo, el secretario general de los socialistas, Pedro Nuno Santos, ya hizo valer en la pasada noche electoral sus promesas de campaña de, en caso de derrota, no entorpecer una posible gobierno conservador siempre y cuando no recurriese a Chega.

La hipótesis de una nueva suerte de 'geringonça' como aquella que permitió gobernar a António Costa en 2015 es más un anhelo fuera de las filas socialistas que una posible certeza, ya que esto, de acuerdo con Santos, sería un llamamiento a las fuerzas de la derecha para unirse.

Más noticias

Leer más acerca de: