VARSOVIA, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un médico polaco fue condenado este sábado a una pena de cadena perpetua y otros cinco a 25 años de prisión por acabar intencionadamente con la vida de pacientes que se encontraban a su cargo.
Los acusados fueron hallados culpables del delito de haber inyectado una dosis mortal del relajante muscular Pavulon a cinco pacientes.
Otro dos doctores del mismo hospital en el que se produjeron los hechos, ubicado en la ciudad de Lodz, fueron condenados a cinco y seis años de prisión, respectivamente, por incurrir en homicidio involuntario.
Según ha dictaminado el juez, los médicos recibían comisiones de empresas funerarias en función del número de pacientes muertos