Mike Pompeo y Mohamed Bin Salman
REUTERS / LEAH MILLIS
Actualizado: miércoles, 28 noviembre 2018 23:48

WASHINGTON, 28 (EUROPA PRESS)

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha asegurado que reducir las relaciones con Arabia Saudí como respuesta al asesinato del periodista Yamal Jashogi "sería un grave error para la seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados", en la medida en que Riad contribuye a la "estabilidad" en Oriente Próximo.

La muerte de Jashogi a manos de funcionarios saudíes en el consulado de Estambul ha reavivado las críticas contra Riad, que dio varias versiones sobre lo ocurrido, pero Pompeo ha publicado un artículo para defender una posición que, como él mismo ha admitido, "no es popular en los salones de Washington".

El jefe de la diplomacia norteamericana ha aclarado que la Administración de Donald Trump "no justifica el asesinato de Jashogi" y que así se lo ha transmitido "en público y en privado" a las autoridades saudíes, pero ha defendido las medidas adoptadas hasta ahora, en concreto la imposición de sanciones contra 21 personas señaladas como responsables directas del crimen.

El Gobierno de Estados Unidos "estudiará nuevas medidas punitivas si salen a la luz más hechos sobre el asesinato de Jashogi", pero por ahora ha preferido no perjudicar sus intereses políticos e incluso salir en defensa --por boca del propio Trump-- del príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, al que algunas informaciones sitúan como posible 'cerebro' del crimen.

"Reducir las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí sería un grave error para la seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados", ha apuntado Pompeo, que ha descrito al reino árabe como "una poderosa fuerza de estabilización en Oriente Próximo".

En este sentido, ha defendido los esfuerzos de Bin Salman para "erradicar la influencia" de Irán en Yemen, donde Arabia Saudí combate del lado del Gobierno de Abso Rabbu Mansur Hadi y en contra de los rebeldes huthis.

También ha asegurado que el Gobierno norteamericano ha tomado "muchas" medidas para contener la crisis humanitaria yemení y alentar a Arabia Saudí a "minimizar las víctimas civiles". Estados Unidos ha dado, según Pompeo, un "generoso ejemplo" de solidaridad con un conflicto al que ya habría destinado en los últimos 14 meses casi 700 millones de dólares.

El secretario de Estado se ha preguntado si "es una coincidencia que las personas que utilizan el asesinato de Jashogi como arma contra la política hacia Arabia Saudí del presidente Trump sean las mismas que apoyaron el acercamiento a Irán del (exmandatario) Barack Obama".

"¿Dónde estaban estas voces, estas personificaciones de los Derechos Humanos, cuando Obama dio a los mulás montones de dinero para seguir haciendo su trabajo como el mayor patrocinador del terrorismo del mundo?", ha añadido Pompeo, en alusión al acuerdo nuclear suscrito en 2015 y roto este año por Trump.

Horas más tarde, el secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, ha subrayado que Washington no tiene "pruebas de culpabilidad" que demuestren que Bin Salmán estuviera involucrado en el asesinato.

Así, ha señalado que estas pruebas "no las tiene tampoco la comunidad de Inteligencia ni nadie más", antes de insistir en que los responsables tienen que rendir cuentas, tal y como ha recogido la agencia británica de noticias Reuters.

LA VERSIÓN SAUDÍ

Las autoridades saudíes negaron durante semanas cualquier responsabilidad en la muerte de Jashogi y llegaron a asegurar que abandonó el edificio poco después de entrar, si bien finalmente tuvo que admitir que fue asesinato e incluso que había sido planeado.

La Fiscalía General de Arabia Saudí anunció a mediados de mes que solicitará la pena de muerte para cinco de los once sospechosos del asesinato del periodista y confirmó que fue asesinado con una inyección letal tras el fracaso de las "negociaciones" para tratar de convencerle de que volviera al reino.

Según las informaciones publicadas recientemente por el diario estadounidense 'The Washington Post', en el que Jashogi era columnista, la CIA ha concluido en un informe que fue el príncipe heredero de Arabia Saudí quien ordenó a las fuerzas de seguridad saudíes el asesinato.

La conclusión de la CIA también se ha visto influida por la posición que mantiene el príncipe heredero en Arabia Saudí, donde actúa como líder 'de facto' y supervisa hasta el más mínimo detalle. "La posición aceptada es que no hay forma de que esto ocurriese sin que él lo supiera o estuviera involucrado", aseguró una de las fuentes citadas por este medio.

Pese a ello, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recalcó la semana pasada su apoyo a Riad a pesar de reconocer que "podría ser perfectamente" que el príncipe heredero tuviera conocimiento del plan para asesinar al periodista.

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