TRÍPOLI 28 May. (Reuters/EP) -
El presidente del Congreso Nacional libio, Mohamed Magarief, ha confirmado este martes que presenta su renuncia al cargo, en cumplimiento de la ley aprobada por esta cámara que prohíbe la participación de altos cargos del régimen de Muamar Gadafi en la administración política.
"Los representantes del pueblo han expresado su palabra, la ley de aislamiento político, y debe ser respetada", ha afirmado Magarief, en un discurso televisado ante los parlamentarios. "Seré el primero en poner mi renuncia en vuestras manos", ha asegurado.
La norma contra la participación en la política de altos cargos del anterior régimen La norma fue aprobada por la presión de las facciones armadas que ayudaron a derrocar al régimen de Gadafi en 2011 pero los críticos con la ley y los diplomáticos creen que podría complicar aún más la ya difícil transición a la democracia en Libia, tras 41 años de dictadura.
Un asesor del presidente del Congreso Nacional libio había indicado que Magarief anunciaría su dimisión este martes, pero no quiso dar más detalles, mientras que un portavoz del presidente de la cámara se limitó a confirmar que daría un discurso en el Congreso.
Esta decisión era previsible desde que el Parlamento aprobó el pasado 5 de mayo la norma que prohíbe que los altos cargos del régimen anterior, que gobernó desde septiembre de 1969 hasta octubre de 2011, tienen prohibido realizar actividades políticas en la administración.
De profesión economista, Magarief fue embajador de Libia en India durante el régimen de Gadafi aunque posteriormente estuvo exiliado en los años 80 y fue entonces cuando se convirtió en una de las principales figuras del movimiento opositor Frente Nacional para la Salvación de Libia.
Nacido en 1940 en el este de Libia, donde comenzó la revuelta contra el coronel Gadafi, Magarief fue elegido presidente del Congreso Nacional libio tras las primeras elecciones democráticas celebradas en julio de 2012. La nueva ley contra altos cargos de Gadafi, que entra en vigor el próximo 5 de junio, no tiene ninguna salvaguarda para los libios que se vieron obligados a pasar décadas en el exilio y contribuyeron a la caída de Gadafi.
Los parlamentarios mantienen que la norma, que podría obligar a retirarse a otros altos cargos, podrían afectar a unos 20 de los 200 miembros que componen el Congreso Nacional libio.
Los grupos políticos estuvieron debatiéndola durante meses pero su tramitación se vio afectada por la presión de los grupos armados que tomaron el control de dos ministerios a finales de abril y exigieron, entre otras cuestiones, su aprobación inmediata.