MOSCÚ/MADRID, 13 Oct. (OTR/PRESS) -
Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos siguen en proceso de congelación y las últimas declaraciones del presidente ruso, Vladimir Putin, no auguran cambios en el corto plazo. Poco antes de un encuentro con la secretaria de Estado norteamericana, Condolezza Rice, y el secretario de Defensa, Robert Gates, Putin no dudó en amenazar a Washington con abandonar el Tratado de Misiles de Alcance Intermedio, suscrito por ambos países en 1987, y el Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa (FACE) si EE.UU. no se replantea la construcción del Escudo Antimisiles. A juicio del presidente ruso, el Tratado de Misiles debería tener "naturaleza universal" e incluir a otros países, además de a Rusia y EE.UU.
Tras hacer esperar durante 40 minutos a Rice y Gates, Putin abrió la rueda de prensa ante medios estadounidenses y rusos, previa a su encuentro a puerta cerrada con los dos responsables de Washington, con un largo discurso en el que advirtió que Rusia podía sentirse forzada a abandonar sus obligaciones para con el Tratado de Misiles de 1987 con Estados Unidos -firmado durante la Guerra Fría para limitar los misiles de rango intermedio- si éste no amplía la obligatoriedad a otros países armados.
En este sentido, Putin consideró que el tratado debe ser "de naturaleza universal" y que se debe "convencer a otros (países) para que asuman el mismo nivel de obligaciones que asumen Rusia y Estados Unidos". El presidente ruso, sin embargo, evitó dar nombres concretos de los países que él considera que deberían ser incluidos en dicho tratado. "Si no somos capaces de lograr un objetivo tal será difícil para nosotros permanecer en el marco del tratado, en una situación en la que otros países desarrollan sistemas armamentísticos similares, algunos de esos países situados en nuestra proximidad", insistió.
El pacto al que hizo referencia Putin con estas declaraciones se refiere al tratado que eliminaba el despliegue de misiles balísticos de rango intermedio por parte de soviéticos y estadounidenses, y que supuso un hito dos años antes de la caída del muro de Berlín y de la posterior disolución de la Unión Soviética. Además, Putin también amenazó con suspender la adhesión de Rusia a otro tratado de control de armas llamado Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa (FACE), pacto que limita el despliegue de fuerzas militares convencionales.
FRACASO DE LAS NEGOCIACIONES
Aunque durante la comparecencia tanto Rice como Gates parecieron sorprendidos por el planteamiento de Putin, ambos coincidieron en asegurar más tarde que sería un punto añadido en la agenda del encuentro que más tarde celebrarían los ministros de ambos países. "Tenemos una agenda ambiciosa sobre temas de seguridad que preocupan a ambas partes, incluido, como usted sugiere, el desarrollo de sistemas de misiles por parte de otros en las proximidades, diría que particularmente en el caso de Irán", apuntó Gates.
Después del encuentro con Putin, Rice y Robert Gates se reunieron con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el de Defensa, Anatoli Serdyukov, en el marco de unas conversaciones que no lograron hacer cambiar de parecer a Moscú sobre su oposición al Escudo Antimisiles estadounidense. En una conferencia ofrecida a los medios, Lavrov indicó que ven "dos serios problemas con esas propuestas", ya que ambas partes aún están en desacuerdo en cuanto a lo que supone una amenaza por misiles para Europa, y Washington sigue siendo reacio a congelar el desarrollo del proyecto mientras se discute el asunto.
A juicio de Lavrov el proyecto inicial de Estados Unidos para instalar un radar y una base de misiles defensivos en Polonia y República Checa es de pequeña envergadura, pero podría crecer hasta convertirse en una amenaza para la fuerza disuasoria rusa. Desde ese punto de vista, insistió el ministro ruso, "es una potencial amenaza para nosotros". Ni siquiera la propuesta de Gates de que haya personal ruso en cada puesto de defensa antimisiles que permita mejorar la coordinación y transparencia en la comunicación con Moscú convenció a los ministros rusos.
Por su parte, la delegación estadounidense anunció que "ambas partes tienen previsto encontrarse de nuevo en Washington en unos seis meses", por lo que las ideas presentadas en esta ocasión son "puntos conceptuales" que serán considerados por parte de expertos. Rice reconoció que "no siempre coincidimos en cada elemento de solución para este asunto". "No obstante, creo que lo haremos con un espíritu constructivo que nos hará progresar en estas conversaciones mientras continuamos buscando la cooperación", añadió.