RDC.- Un ex niño soldado denuncia la ineficacia de las autoridades congoleñas para desmovilizar a 30.000 niños soldados

Actualizado: miércoles, 15 marzo 2006 14:54

Lucien Badjoko presenta en Madrid el libro "Yo fui un niño soldado" donde relata su experiencia en la guerra de la RDC

MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

Lucien Badjoko, un chico congoleño de 21 años que formó parte de las fuerzas de liberación de Laurent-Desiré Kabila en 1996 para derrotar la dictadura de Mobutu, denunció en Madrid que las autoridades congoleñas no han desmovilizado todavía a más de 30.000 'niños soldados'.

En una entrevista a Europa Press, Lucien relató las deficiencias de los programas de desmovilización que no duran más de tres meses. "Nos enseñan algunos oficios, y nos atienden psicólogos, pero en dos meses ¿qué puedo aprender? Nada. Después nos dejan en la calle y muchos niños se ven obligados a volver al ejército porque sus familias han sido asesinadas, o ya no quieren saber nada de ellos", dijo Lucien.

El ahora estudiante de Derecho, presentó ayer en Madrid, el libro "Yo fui un niño soldado" con la colaboración de la periodista de 'Le Figaro' Katia Clarens, donde relata las atrocidades que cometió o se vio obligado a cometer.

Lucien tenía 13 años cuando un amigo le "persuadió" para ingresar en las filas del movimiento revolucionario. "Dejé a mi familia sin decirles nada y me alisté para derrocar a Mobutu del poder. Yo era fácil de convencer con esa edad, era fácil de persuadir, y la idea de tener un arma como todos esos actores de las películas me seducía. Iba a participar en la revolución del Zaire, iba a ser un héroe", comentó Lucien.

Lucien estuvo unos meses en los campos de entrenamiento donde fue sometido a todo tipo de palizas y violaciones sin entender el por qué de toda esa humillación. "No entendía nada, se suponía que era un voluntario y me trataban como un apestado", afirmó.

Más tarde todo ese dolor se convirtió en odio, en odio y poder. "El sentimiento que me recorría cuando era soldado era el de tener poder sobre los demás. Yo podía hacer lo que quisiera, ordenar cualquier cosa a quien quisiera. Aunque era un niño todos me hacían caso, con un arma los niños no existen. La gente sabía que si no obedecían les pegábamos un tiro en la cabeza y listo. No teníamos ni idea del valor de la vida", confesó el autor del libro.

Lucien mantiene un contacto tímido con su familia. "Me gustaría que fuera como antes, pero he vivido otra realidad diferente y me porté mal con ellos. Cuando hablo con ellos siento mucho amor y eso me desarma. Pero yo necesito rehacer mi vida, me he trazado una ruta que debo continuar, y si pensará más a menudo en mi familia, no podría ser feliz, estaría todo el rato melancólico y me daría mucha pena. Ahora mi familia son la gente que conocí en la guerra y me que me comprenden mejor", relató Lucien.

La República Democrática del Congo (RDC), antes Zaire, sufrió durante 32 años la dictadura de Mobutu, hasta que en el año 1996, Laurent-Desiré Kabila encabezó un movimiento revolucionario que le apartó del poder. Dos años después Kabila fue asesinado por miembros de su propia guardia, sustituyéndole en el poder su hijo, Joseph Kabila. La RDC ha estado prácticamente en guerra desde 1996 hasta el año 2003. Una guerra que ha ocasionado más de tres millones de muertos.

"NOSOTROS DERROCAMOS A MOBUTU"

"Si hoy me dieran un arma diría que no. La verdadera arma es el diálogo porque una victoria con las armas siempre lleva a la guerra. Si cambias a través del diálogo, se puede convencer a las personas. Creo que el diálogo es el arma para combatir los conflictos", asegura Lucien que también se muestra orgulloso de haber derrocado a Mobutu. "No puedo cambiar mi pasado, pero conseguimos que cayera el dictador. Antes lo habían intentado Estados Unidos, Israel, pero fuimos los jóvenes los que le derribamos y eso nunca cambiará", manifestó.

"Hay que denunciar lo que pasa y sensibilizar más. Hay que denunciar a la gente que utiliza a los niños. En el Congo, más del 60% de la población tiene menos de 18 años. Siempre que haya guerra habrá niños soldados", afirma este ex niño soldado.

Lucien no sabe si es un héroe, un inocente o una víctima. Ahora estudia Derecho en Kinsasha y espera que las elecciones que se celebrarán en junio de 2006 hagan cambiar a su país. "Espero que haya un cambio legítimo que traiga la paz y que combata los antivalores como la corrupción. Creo que el nuevo presidente establecerá mecanismos para reorganizar el país para que se desarrolle y evolucione. La RDC es el corazón de África y si aquí llega la paz, lo hará en todo África", afirma Lucien.