La realidad de Zimbabue: vivimos cerca de minas de diamantes pero nos morimos de hambre

La mala gestión del Gobierno y la opacidad de las empresas mineras impiden que los ciudadanos se beneficien de las piedras preciosas

Sequía en Zimbabue
PHILIMON BULAWAYO / REUTERS
   
Europa Press Internacional
Actualizado: domingo, 14 febrero 2016 9:06

   MUTARE (ZIMBABUE), 14 Feb. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

   Shylet Mutsago, una mujer de 63 años que vive cerca de las minas de diamantes de Marange no puede esconder su enfado por cómo la minería en esta zona, rica en piedras preciosas y situada en el este de Zimbabue, ha fallado en mejorar la vida de los que viven allí.

   Desde la distancia ve cómo las compañías excavan en el suelo para buscar diamantes y levantan nubes de polvo rojo hacia el cielo.

   "Nuestras esperanzas de obtener beneficios con los diamantes se han desvanecido", ha lamentado Mutsago. "Y con esta grave sequía nuestras vidas están en manos de Dios. Vivimos cerca de estas minas de diamantes pero todavía nos morimos de hambre", ha añadido.

   Los cultivos han quedado arrasados por la falta de lluvia, algunos habitantes ya no se pueden permitir ni una comida apropiada al día y sobreviven gracias a frutas salvajes como el baobab, ha explicado Mutsago.

   La sequía en Marange es común, pero se ha agravado por el fenómeno meteorológico 'El Niño'. Las leyes nacionales obligan a las compañías mineras a ayudar en el desarrollo de las comunidades locales, de manera que los habitantes de la zona esperaban que la industria del diamante invirtiera en los sistemas de regadío.

   Estos sistemas fueron construidos hace décadas y muchos no funcionan adecuadamente porque los pequeños agricultores no pueden pagar el mantenimiento ni reemplazar el equipo.

LOS DIAMANTES PODRÍAN CAMBIAR VIDAS

   "Unas pocos diamantes podrían ayudarnos a cambiar nuestras vidas, pero a nadie parece importarle", ha lamentado Mutsago, cuya frustración es compartida por la mayoría de los ciudadanos de Marange, en donde viven alrededor de 80.000 personas.

   El Gobierno ha declarado el estado de emergencia en la mayoría de las zonas rurales del país y ha informado de que 2,44 millones de personas, alrededor de un cuarto de la población, necesita ayuda alimentaria.

   La sequía es tan seria que los ciudadanos no saben cómo sobrevivirán durante el año, ha explicado Malvern Mudiwa, el jefe del grupo de apoyo local Fondos para el Desarrollo de Marange. "Pero, ¡estamos rodeados de diamantes! El Gobierno tiene que obligar a estas compañías mineras a dar de comer a los habitantes de Marange", ha añadido.

EL GOBIERNO PIDE AYUDA

   El vicepresidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, solicitó esta semana más de 1.400 millones de euros para comprar cereales y otros alimentos para las millones de personas afectadas por la sequía.

   "Pido al sector privado y a los ciudadanos de Zimbabue, incluidos aquellos en la diáspora, que financien este programa humanitario de emergencia", dijo Mnangagwa durante una rueda de prensa.

   Parte del presupuesto, unos 637 millones de euros, irán destinados a sufragar la importación de 1,4 millones de toneladas de cereales. El dinero también se empleará para instalar infraestructuras de irrigación y un programa nutricional para niños.

   La economía de Zimbabue se contrajo cerca de un 50 por ciento entre 1999 y 2008, una situación que los críticos vinculan con la mala gestión gubernamental.

GESTIÓN TURBULENTA

   Marange está considerado como uno de los depósitos de diamantes más ricos del mundo, pero sus recursos están disminuyendo, según los expertos. En 2013, Marange produjo alrededor de 17 millones de quilates de diamantes, el 13 por ciento del suministro global, según ha datos de la Corporación de Desarrollo de la Minería de Zimbabue. En 2012 y 2014 produjo en torno a los 12 millones de quilates.    

   En 2012, el presidente, Robert Mugabe, fundó el Fondo de Propiedad Compartida de la Comunidad de Zimunya-Marange. En ese momento, las cinco compañías que operaban en el lugar prometieron donar, cada una de ellas, 10 millones de dólares (8,9 millones de euros) para el fondo durante los siguientes cinco años. Sin embargo, cuatro años después solo han depositado 400.000 dólares (355.000).

   Este fondo se fundó bajo las regulaciones de empoderamiento económico de 2010, que obligaba a las empresas a dar un porcentaje de los beneficios a las comunidades de las zonas que explotaran.

EMPRESAS OPACAS

   En Marange, las compañías que operan son Anjin Investments, Diamond Mining Corporation, Jinan Mining, Marange Resources y Mbada Diamonds.

   La propiedad de estas compañías es opaca. Según la organización 'Global Witness', algunos de los directores de Anjin han formado parte del Ejército y la Policía de Zimbabue, mientras que una participación de Mbada fue dada a una compañía relacionada con un hombre que había sido piloto personal de Mugabe.

   En 2008, el Gobierno lanzó una campaña policial contra los mineros ilegales y contrabandistas que se saldó con más de 200 muertos. Cuando comenzó la minería legal en 2009, los informes de abusos contra los mineros ilegales en las minas continuaron.

   En 2014, el Gobierno anunció la fusión de todas las compañías en una sola entidad, la Compañía Consolidada de Diamantes de Zimbabue, en un esfuerzo para mejorar la transparencia y responsabilidad en el sector. Se espera que esta fusión finalice este año. El Gobierno es dueño del 50 por ciento de esta nueva compañía mientras que la mitad restante se repartirá entre las compañías de diamantes privadas.

   El director de Anjin, Munyaradzi Machacha, ha explicado a la Fundación Thomson Reuters que las cuestiones sobre la aportación de capital al fondo Zimunya-Marange están en manos del ministro de Minería de Zimbabue, Walter Chidhakwa.

   "Nos presentamos ante el Parlamento, y como compañía de diamantes hemos aclarado el asunto", ha explicado Machacha.

   En 2015, las empresas aseguraron que nunca habían hecho una promesa vinculante de invertir 50 millones de dólares (44 millones de euros) en el fondo Zimunya-Marange. El acuerdo era verbal y no había un contrato escrito, explicaron.

VACÍOS LEGALES

   Las compañías mineras se están aprovechando del vacío legal de la Ley de Indigenización y Empoderamiento Económico, ha explicado el experto en diamantes y director del Centro independiente para la Investigación y el Desarrollo establecido en Mutare, James Mupfumi.

   "Las compañías no están obligadas a poner dinero en los fondos compartidos de las comunidades y muchos eligen no hacerlo", ha asegurado. Las reglas no están claras y las compañías lo utilizan para decidir con cuánto tienen que contribuir, ha añadido.

   Por su parte, Chidhakwa informó durante una sesión parlamentaria de que la fusión de las compañías de diamantes no afectará en los derechos de los fondos de las comunidades. La nueva entidad debe heredar los activos y deudas de las compañías, y cumplir sus promesas, añadió.

   "Quiero asegurar a nuestras comunidades que el proceso de consolidación de las compañías no elimina el compromiso de inversión en los fondos compartidos de las comunidades", explicó Chidhakwa.

   Sin embargo, Mupfumi ha pedido la suspensión de las operaciones mineras en Marange, para permitir una auditoría independiente que investigue la propiedad de las compañías que trabajan allí.

   "Todavía no hay políticas claras que garanticen la transparencia y responsabilidad de las prácticas de la industria de diamantes y que a la vez garanticen beneficios para el fondo Zimunya-Marange", ha añadido.

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