MANILA 26 Dic. (Reuters/EP) -
El Nuevo Ejército del Pueblo (NPA) de Filipinas se ha ofrecido a reanudar las conversaciones de paz con el Gobierno después de que el Papa Francisco visite el país a mediados de enero, en un intento por poner fin 45 años de conflicto armado.
Unos 15.000 combatientes y simpatizantes de la guerrilla maoísta se han concentrado este viernes en una localidad de la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas, para respaldar la reanudación de las negociaciones de paz.
Los líderes guerrilleros exiliados han defendido la vuelta a la mesa de diálogo, aunque no de forma inmediata. "La reanudación de las conversaciones debería ser después de la visita papal", ha dicho José María Sison, un fundador del Partido Comunista que reside en Países Bajos.
El diálogo, en el que Noruega ejercía las veces de mediador, fracasó hace tres años después de que el Gobierno se negase a liberar a una serie de presos requeridos por los rebeldes.
Ahora, el Ejecutivo ha reaccionado con cautela al interés del NPA. "Queremos reanudar las conversaciones sobre la base de una agenda factible y limitada en el tiempo", ha dicho la asesora de la Presidencia para el proceso de paz, Teresa Quintos Deles, en declaraciones a Reuters.
Los líderes guerrilleros han aclarado que no renunciarán a las armas para apostar únicamente por el diálogo. En un comunicado, los rebeldes han llamado a no caer en la "ilusión" de que cualquier proceso llevará "pronto" a acuerdos que permitan una "paz justa y duradera".