Refugiados.- Sri Lanka es uno de los países con más desplazados, 279.000, víctimas del conflicto con los Tigres Tamiles

Actualizado: sábado, 20 junio 2009 18:28

ROMA, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

Unos 279.000 civiles tamiles viven actualmente en campamentos de refugiados del norte y el este del país, según cifras oficiales del Gobierno de Sri Lanka. Esta es una de las más dramáticas consecuencias de la guerra de 27 años entre los separatistas tamiles y el Gobierno central ceilandés, especialmente significativa hoy, Día Mundial del Refugiado.

Según las autoridades, hay 10.000 refugiados en la decena de campamentos de refugiados del distrito de Jaffna y 11.000 en Trincomalee, pero sin duda los más necesitados son los más de 80.000 hombres, mujeres y niños de los 22 campamentos del distrito de Vavuniya, donde los combates están más recientes. El Gobierno proclamó su victoria sobre el ejército tamil el 16 de mayo.

Los refugiados tienen una necesidad acuciante de alimento y agua, a lo que hay que añadir las sospechas que pesan sobre ellos por el hecho de ser de etnia tamil y deben aún recuperarse de las heridas sufridas durante los últimos combates y bombardeos.

"Dos sacerdotes de Vavuniya han optado por permanecer con los 28 niños de un orfanato, retenidos ahora en la zona de seguridad máxima de los campamentos, donde los soldados y funcionarios del Gobierno someten a registros a todo el mundo, incluidos los menores, por las sospechas de que podrían ser infiltrados de la guerrilla", explicó el padre Andrady Kamal, director de la sección para Sri Lanka del Servicio Jesuita a Refugiados, en declaraciones a la agencia misionera MISNA.

Incluso en un campo de Trincomalee, asegura Kamal, dos monjas han preferido permanecer junto a sus 40 huérfanos. "Es importante que estas personas regresen a la mayor brevedad posible a sus aldeas y ciudades de la región de Vanni de donde huyeron. Una larga estancia en los campamentos sería perjudicial", indicó Kamal.

Kamal denunció que los refugiados no tienen libertad de circulación, no pueden salir de los campamentos, salvo para casos excepcionales, como los de mujeres embarazadas o ancianos, ni pueden reunirse con sus familiares, una circunstancia que Kamal comparó a las de los campamentos de detención.

Además, Kamal recordó que siguen en vigor las restricciones de acceso par los cooperantes internacionales, aunque son mucho más laxas para las organizaciones locales. Estas limitaciones hacen temer por la posible existencia de abusos contra presuntos guerrilleros o simpatizantes de la derrotada rebelión.