R.Unido.- Blair sigue defediendo a Clarke ante el escándalo de no haber deportado a criminales extranjeros

Actualizado: miércoles, 3 mayo 2006 17:58

El Gobierno anuncia que se deportará a todos los extranjeros que cometan ofensas criminales

LONDRES, 3 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS Marta Altuna) -

El primer ministro británico, Tony Blair, afrontó una de sus intervenciones más complicadas de los últimos tiempos ante la Cámara de los Comunes, un día antes de que se celebren las elecciones municipales en Inglaterra y cuando se está pidiendo la dimisión del ministro del Interior, Charles Clarke. Blair defendió al responsable de esta cartera, aunque reconoció que fue un error que no se estudiara la deportación de 1.023 extranjeros después de que éstos salieran de la cárcel.

Según Blair, lo importante es que se solucione este problema. Para ello, propuso que se cambie el sistema para que se "deporte automáticamente a todos aquellos que hayan cometido una ofensa criminal". "Durante años no hemos estado deportando a esta gente. Ahora digo deportémoslos y espero que tengamos el apoyo de esta Cámara", declaró.

Asimismo, el líder laborista recordó que desde el pasado 30 de marzo y después de haberse conocido los fallos que ha habido en el sistema, se está tratando de solucionar este asunto. Por ello, se está considerando la deportación de extranjeros antes y no después de que cumplan su estancia en la cárcel.

"El ministro del Interior está arreglando el sistema", señaló Blair, quien se defendió argumentando que éste es un problema que existía antes de que su Gobierno llegara el poder. "Desde el principio cuando se instauró este sistema, no ha estado funcionando de forma correcta. Creo que ya va siendo ahora de que se deporten a todos los extranjeros que han sido condenados", apuntó.

Mientras, el responsable del Partido Conservador, David Cameron, criticó durante su intervención parlamentaria en la Cámara de los Comunes la actitud de Blair y pidió la dimisión de Clarke. "Este escándalo ha pasado bajo su mandato y no puede excusar la responsabilidad que tiene sobre ello", afirmó.

"SIN CONTROL"

Asimismo, Cameron recordó que el ministro del Interior sabía que "habían salido de la cárcel asesinos, pedófilos y violadores" y que éste tardó más de tres semanas en informar al primer ministro. Según el responsable tory, Blair es "un líder que ha perdido totalmente el control".

Sin embargo, para el primer ministro, lo que hace Clarke es buscar soluciones. "El ministro no creó los problemas en el sistema, sino que estos problemas ya existían y lo importante es que se solucionen", explicó Blair.

Por su parte, el responsable del Partido Liberal Demócrata, Menzies Campbell, se cuestionó si el Ministerio del Interior necesita reformarse. "No creo que la respuesta a este problema sea reorganizar el Ministerio del Interior. Prisiones, inmigración y crimen deben estar en este Ministerio, porque lo importante es que se solucionen los problemas de la forma adecuada. Necesitamos mejores leyes, pero no un mejor ministro del Interior", declaró tajante.

El ministro del Interior, Charles Clarke, compareció también en los Comunes para presentar las nuevas medidas que quiere poner en marcha el Gobierno para que en un principio se deporte automáticamente a cualquier extranjero que cometa una ofensa criminal.

El ministro anotó que el asunto de la deportación se llevaría a los tribunales, a la vez que se juzgará al ciudadano extranjero por los presuntos delitos cometidos. "Necesitamos que se deporten los prisioneros en la fase inicial de su sentencia e idealmente los prisioneros deberían cumplir la totalidad de su sentencia en su país de origen", adelantó.

Clarke explicó que de los 1.023 extranjeros que salieron de la cárcel, al menos cinco de ellos volvieron a cometer crímenes, incluyendo agresiones a personas y ofensas relacionadas con las drogas. Además, dijo que de los 1.023 casos se ha comenzado a considerar la deportación de 574 de ellos.

Estas declaraciones de Clarke se producen después de que la prensa británica publicara hoy el caso de Mustaf Jamma, un joven somalí al que se le permitió permanecer en Reino Unido y no fue deportado debido a los peligros que suponía regresar a su país. Este individuo es el sospechoso de haber asesinado a la agente de policía Sharon Beshenivsky.