R.Unido.-Brown sufre otra renuncia con la marcha de la titular de Comunidades, con quien tuvo un desencuentro público

Actualizado: miércoles, 3 junio 2009 12:19

El movimiento deliberado aumenta la imagen de falta de autoridad del primer ministro en la semana más crucial de su mandato

LONDRES, 3 Jun. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán) -

El primer ministro británico, Gordon Brown, ha visto un nuevo desafío a su autoridad en la víspera de las vitales elecciones europeas y locales con la renuncia de la secretaria de Comunidades, Hazel Blears, con la que había mantenido un desencuentro público y quien habría decidido de manera delibarada hacer su anuncio en el actual delicado momento político.

Una jornada después de que se conociese la intención de la ministra de Interior, Jacqui Smith, de abandonar el Gobierno en la inminente remodelación prevista por Brown, una filtración que algunos atribuyen precisamente a Blears, la titular de Comunidades ha confirmado en un comunicado su intención de regresar "a las bases a las que pertenece" y ayudar al Laborismo a "reconectar con la gente".

Blears aparecía como una de las posibles bajas en la reestructuración que el mandatario prepara para recuperar autoridad y reaccionar a los devastadores resultados que su partido prevé en las elecciones de mañana. Sin embargo, el relevo de esta ministra de la corriente de los 'blairistas' podría haber supuesto graves consecuencias para Brown y se especulaba con la posibilidad de que asumiese otra cartera, incluso la de Interior que Smith deja vacante.

En este sentido, frente a la filtración de la marcha de ésta, según los expertos promovida para menoscabar a Brown en la considerada semana más crucial desde que hace dos años asumió el poder, el anuncio de Blears parece deliberado para desestabilizar aún más la posición del primer ministro, a quien había criticado poco antes de que estallase el escándalo de los gastos por la falta de conexión con la ciudadanía.

En un artículo en el diario 'The Guardian' a principios de mayo, la hasta ahora secretaria de Comunidades censuró que el mandatario laborista anunciase en YouTube reformas en el sistema de prerrogativas parlamentarias, un episodio que habría tensado relaciones. Posteriormente, Brown calificó de "absolutamente inaceptables" las imputaciones de gastos que el 'Daily Telegraph' difundió sobre ella, a pesar de que otros compañeros de Gabinete, el secretario de Pensiones, James Purnell, y el titular de Transportes, Geoff Hoon, presentaban los mismos antecedentes.

ACUSACIONES

Blears había sido acusada de cambiar la 'segunda residencia' a la que los diputados tienen derecho para maximizar las partidas recibidas, así como de evitar abonar determinados tributos inmobiliarios y devolver ganancias obtenidas a partir de la venta de una vivienda parcialmente pagada con fondos públicos.

Por todo, su puesto se encontraba en entredicho para la remodelación que podría darse a conocer el viernes, para mitigar el impacto de los resultados de las locales en las que el Laborismo podría quedar como tercera fuerza, o ya el lunes, una vez conocido el saldo de las europeas, en las que la formación gubernamental podría quedar cuarta, con tan sólo un 16 por ciento de los votos según algunos sondeos, que la sitúan por detrás, incluso, del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP, en sus siglas en inglés).

En cualquier caso, el anuncio supone ya un varapalo para un Brown hundido en las encuestas y profundamente cuestionado en su partido, que podría estar preparando una iniciativa de renuncias en cadena para forzar su salida, a pesar de que él ha insistido en que no prevé abandonar. De hecho, medios afines como el diario 'The Guardian' apelan hoy al Laborismo en un contundente editorial a desalojarlo del número 10 de Downing Street.

La marcha de Smith, ya anunciada hace dos meses al primer ministro y hasta ahora la mayor víctima política de la tormenta de los gastos, así como de otros dos miembros del Gobierno que ayer dieron a conocer su intención de renunciar por "motivos familiares", habían ya sacudido los tiempos con los que Brown aspiraba a manejar siete días decisivos para su liderazgo, al igual que el anuncio de varios diputados de que no prevén aspirar a la reelección las próximas generales.

FALTA DE AUTORIDAD

Sin embargo, el movimiento deliberado de Blears, quien no nombra al líder en el comunicado de hoy, ha abierto una nueva espita sobre la autoridad del dirigente laborista y su capacidad de mantener el control en sus propias filas, que podrían estar considerando acciones drásticas para intentar minimizar con un cambio de líder el impacto de la derrota en las generales a la que actualmente la abocan todas las encuestas.

La reestructuración y una reforma integral del sistema político se mantienen actualmente como los dos últimos resortes de un primer ministro del que se considera que hace más daño a las posibilidades del partido y que ha reavivado las especulaciones acerca de un hipotético asalto al poder en caso de una debacle en los comicios del jueves.

Sin embargo, por el momento las posibilidades de descabezamiento parecen controladas, especialmente por el temor a cómo se traduciría en las urnas un relevo precipitado e, incluso, por las reticencias de potenciales sucesores a tomar las riendas en un período de incerteza y obligación de adelantar elecciones, puesto que sería ya el tercer primer ministro de la legislatura y segundo sin contar con el aval de las urnas.

Con todo, las voces que encumbran al actual titular de Sanidad, Alan Johnson, como candidato de peso han aumentado en foros laboristas y en los propios medios británicos, especialmente después de las recientes apelaciones de este antiguo cartero a una reforma electoral, interpretadas por muchos como un posicionamiento como nuevo líder una vez apartado a Brown, ya sea por decisión propia como desalojado por los votantes.