Actualizado: martes, 28 mayo 2013 1:43


PARÍS, 27 May. (Reuters/EP) -

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha admitido este lunes la dificultad de organizar la conferencia de paz sobre Siria, a pesar de los esfuerzos realizados por Rusia y Estados Unidos, principales promotores de la cita.

Lavrov ha explicado, tras verse en París con su homólogo estadounidense, John Kerry, que la organización de la cumbre es una "tarea difícil". Pese a este pesimismo, ve "posibilidades de éxito" habida cuenta de los trabajos de las últimas semanas.

Moscú y Washington acordaron juntar a representantes del Gobierno y la oposición de Siria en Ginebra para tratar de encontrar una solución pacífica al conflicto. El régimen de Bashar al Assad ya ha confirmado su asistencia, mientras que la oposición, más fraccionada, todavía no ha mostrado un compromiso claro.

La cumbre, que previsiblemente se celebrará en junio, es heredera de la celebrada a mediados del año pasado en la misma ciudad suiza y de la que resultó un compromiso político recordado este lunes por Kerry. El jefe diplomático norteamericano ha declarado que tanto Rusia como Estados Unidos están de acuerdo en la formación de un Gobierno de transición en Siria.

Entre las discrepancias figura la lista de invitados a la reunión de Ginebra y, en particular, la conveniencia de invitar a Irán. Lavroz ha apuntado, sin dar nombres, que es necesario "ampliar el círculo" para tener "influencia sobre el terreno", en un aparente llamamiento a sacar partido de las relaciones entre Teherán y Damasco.

Por otra parte, ambos ministros han mostrado su "preocupación" por el "potencial uso de armas químicas" y, en este sentido, han subrayado la necesidad de "reunir pruebas" que permitan aclarar lo que ocurre sobre el terreno.

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