Archivo - Miembros de la Fuerza Interina de Seguridad de Naciones Unidas para Abyei (UNISFA) - UNISFA / X - Archivo
MADRID, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
Seis militares bangladeshíes pertenecientes a la Fuerza Interina de Seguridad de Naciones Unidas para Abyei (UNISFA) han muerto y ocho más han resultado heridos este sábado en un ataque contra una base del contingente en Kadugli, en Sudán, según ha informado el Gobierno de Bangladesh.
"Seis miembros del Ejército de Bangladesh, integrantes de la fuerza de paz de la ONU en Sudán, han muerto en un ataque terrorista en Abyei el sábado 13 de diciembre. Ocho más resultaron heridos en el incidente", ha publicado el gabinete de prensa de las Fuerzas Armadas bangladeshíes en un comunicado.
Fuentes de la misión de la ONU citadas por el 'Sudan Tribune' recogen que hubo un ataque de tres drones contra la base de la UNISFA, en concreto contra una gasolinera ubicada dentro del complejo.
Fuentes de la zona han denunciado intensos bombardeo por parte de las milicias del Movimiento para la Liberación del Pueblo de Sudán-Norte-Al Hilu (SPLM-N-Al Hilu), liderado por Abdelaziz al Hilu, aliados de las Fuerzas de Apoyo Rápido que llevan meses asediando la ciudad. El objetivo sería forzar la salida de los 'cascos azules' de la localidad para facilitar su toma.
CONDENAS Y CRUCE DE ACUSACIONES
El Gobierno sudanés, controlado por el Ejército, ha confirmado el ataque contra un cuartel de la UNISFA en Kadugli y ha denunciado que serían obra de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en un comunicado suscrito por el primer ministro, Kamil Idris. Las RSF han negado cualquier implicación.
El Consejo Soberano sudanés de Idris ha condenado así este bombardeo aéreo por suponer una violación de la protección debida a las instalaciones de la ONU en Kadugli conforme al Derecho Internacional Humanitario. "El Gobierno de Sudán considera totalmente responsable de este ataque a la milicia terrorista de las RSF y pide a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional a actuar con firmeza y medidas disuasorias para garantizar la protección de las instalaciones de la ONU y de los trabajadores humanitarios y que los responsables rindan cuentas conforme al derecho internacional", ha planteado.
Un portavoz militar ha informado de tres cohetes lanzados contra el cuartel de Kadugli, lo que provocó un incendio en un almacén y la muerte de seis militares.
Sin embargo, un portavoz de las Fuerzas de Apoyo Rápido han desmentido "categóricamente" estas acusaciones. "Son mentiras, un intento desesperado y patético de acusar infundadamente a nuestras fuerzas", según el comunicado recogido por el 'Sudan Tribune'. De hecho, recuerda que las RSF "han protegido instalaciones de la ONU y garantizado la seguridad de los trabajadores humanitarios como se ha podido documentar".
Por su parte, el jefe del Gobierno de transición de Bangladesh, Muhammad Yunus, ha condenado el ataque y ha instado a la ONU a tomar medidas urgentes para dar tratamiento necesario a los 'cascos azules' heridos y ha expresado su apoyo a las familias de las vítimas. Además, ha recordado que los ataques contra 'cascos azules' suponen un grave crimen contra la paz internacional y la humanidad.
"Estoy profundamente conmocionado por la muerte de seis de nuestros valientes 'cascos azules' y las heridas de otros ocho cuando llevaban a cabo la noble misión de fomentar la paz y la estabilidad", ha indicado Yunus, que ha destacado la "sustancial aportación" de Bangladesh a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.
En la misma línea, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha condenado el "terrible ataque con drones" contra la base logística de Kadugli. "Quiero trasladar mis más profundas y sinceras condolencias al Gobierno y al pueblo de Blangladesh, a las familias de los 'cascos azules' caídos y desear una pronta recuperación a los heridos", ha indicado.
Guterres ha subrayado que están apoyando a los heridos con vistas a su evacuación. "Los ataques contra las fuerzas de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas constituyen un crimen de guerra tipificado en el derecho internacional", ha advertido antes de recordar a las partes en conflicto su obligación de "proteger al personal de la ONU y a los civiles". "Los ataques como el de hoy en Kordofán del Sur, contra tropas de mantenimiento de la paz son injustificables", ha remachado.
La guerra civil de Sudán estalló a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar RSF en el seno del Ejército, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir, ya dañado tras la asonada que derribó en 2021 al entonces primer ministro, Abdalá Hamdok.
El conflicto, marcado por la intervención de varios países en apoyo a las partes en guerra, ha sumido al país en una de las mayores crisis humanitarias a nivel mundial, con millones de desplazados y refugiados y ante la alarma internacional por la propagación de enfermedades y los daños sufridos por infraestructuras críticas, que impiden atender a cientos de miles de damnificados.