MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
Singapur se ha convertido en el país del sureste de asia con más casos de coronavirus tras registrar, en las últimas 24 horas, 596 contagios más, hasta los 6.588, tras constatar una nueva ola de infecciones que comenzó entre los trabajadores más empobrecidos del país.
Indonesia, en cabeza hasta ahora, ha informado este domingo de 327 nuevos casos hasta un total de 6.575, contando 582 fallecimientos, tras constatar 47 nuevas víctimas mortales.
La mayoría de estos casos son trabajadores extranjeros que, a pesar de la cuarentena y las medidas adoptadas por el país, han recibido el impacto de una remesa de contagios procedentes de otros países durante las últimas semanas.
Hasta ahora, 11 personas han fallecido a causa de la enfermedad en Singapur.
"Nos preocupa en especial que cada vez es más difícil vincular los nuevos casos e identificar la fuente de infección", explicó este sábado el Ministerio de Salud en un comunicado.
"De hecho, el número de casos no vinculados en la comunidad ha aumentado ligeramente, de un promedio de 19 casos por día en la semana anterior, a un promedio de 22 por día en la última semana", han estimado.
La semana pasada, Singapur anunció que trasladaría a este sector de empleados a viviendas alternativas como campamentos militares y apartamentos vacantes del Gobierno.
"NO HAY LUGAR MÁS SEGURO"
El ministro de Transporte de Singapur, Khaw Boon Wan, ha salido al paso de las críticas al tratamiento de los trabajadores extranjeros en el país, y ha asegurado que no hay lugar más seguro que el territorio.
"El alojamiento para los trabajadores extranjeros, especialmente los trabajadores de la construcción, está recibiendo la máxima atención", ha hecho saber Khaw en una publicación de Facebook.
El ministro ha asegurado que ha llegado a redestinar a estos empleados los habitáculos reservados a los trabajadores del aeropuerto de Changi, para "aliviar la concentración de los dormitorios".
Más de 200,000 trabajadores extranjeros viven en 43 ciudades-dormitorio de Singapur. La mayoría se encuentran en barrios abarrotados e insalubres, con habitaciones que comparten entre 10 y 12 personas, lo que prácticamente imposibilita el distanciamiento social.
La ministra de Recursos Humanos, Josephine Teo, ha prometido elevar el nivel de vida en los dormitorios. Hacer eso es "no solo lo correcto, sino también en nuestro propio interés. Tenemos que estar dispuestos a aceptar los costos más altos que acompañan a un estándar de vida más alto".