MOGADISCIO, 7 Abr. (EP/AP) -
La subsecretaria de Estado norteamericana para África, Jendayi Frazer, señaló hoy domingo a Eritrea y a la "red yihadista global" encabezada por Al Qaeda como los principales respaldos de la insurgencia islámica en la capital, Mogadiscio.
Según Frazer, los responsables directos de la violencia son el líder de la Unión de Tribunales Islámicos, grupo que controló la capital hasta su expulsión el pasado diciembre, el jeque Hassan Dahir Aweys, el máximo responsable de la organización terrorista somalí Al Itihaad Al Islamiya, Hassan Turki, y el nuevo líder de la célula de al Qaeda en Somalia, Aden Hashi Ayro. Todos ellos se encuentran ahora en el país, según Frazer.
"Hemos hablado sobre la posibilidad de un atlo el fuego, y el retorno al proceso político para intentar construir apoyos para el Gobierno de transición y aislar a los extremistas", señaló.
También afirmó que dichos "extremistas" no están interesados en hablar con el Gobierno y señaló a Eritrea como el principal respaldo de la insurgencia en el país, aunque "no es el único" y especificó que los milicianos "obtienen su apoyo de la red yihadista global".
Frazer llegó hoy a Somalia en visita sorpresa para reunirse con el primer ministro, Ali Mohammed Ghedi, y el presidente, Abdullahi Yusuf, en lo que supone el encuentro más importante desde que el Ejército estadounidense abandonara el país en 1993, según informó el viceministro de Petróleo y Energía, Mohamud Abdi Begos.
La subsecretaria "se encuentra en Somalia para contribuir al esfuerzo de reconciliación", en el país, según el ministro. Frazer tenía previsto viajar al país africano el pasado mes de enero, pero la violencia de los enfrentamientos entre fuerzas conjuntas etíopes-somalíes e insurgentes de la Unión de Tribunales Islámicos, que controlaba la capital hasta el pasado diciembre, hizo imposible el viaje.
Hasta el momento, Estados Unidos ha sido uno de los principales aportadores del Gobierno de transición somalí, establecido el pasado año 2000, después de que el grueso de sus fuerzas militares abandonaran el país en mayo de 1993.
