MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
Más de un millón de somalíes han resultado afectados por la expulsión de su país, por parte de la milicia islamista Al Shabaab, de varias organizaciones internacionales de ayuda humanitaria que asistían a la población en ámbitos como la agricultura y la economía familiar, los servicios médicos, la nutrición, el agua, la sanidad o la higiene, según la ONU.
El acceso de las organizaciones humanitarias a la población del sur de Somalia se encuentra en su nivel más bajo desde 2006, ya que Al Shabaab echó el pasado mes de septiembre a otros tres grupos, a los que acusa de estar relacionados con el Gobierno estadounidense, de manera que ya son ocho las organizaciones expulsadas este año, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha afirmado este mes de octubre que unas 410.000 personas --en septiembre del año pasado eran 366.000-- que se han desplazado a causa de la violencia en Mogadiscio han buscado refugio en el corredor de Afgooye, una franja situada al noroeste de la capital, para alejarse de los enfrentamientos entre Al Shabaab y las fuerzas del Gobierno Federal de Transición somalí, que cuenta con el apoyo de la misión de paz de la Unión Áfricana.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) registró casi 37.000 casos de cólera o diarrea acuosa aguda durante las primeras 37 semanas de este año, de los cuales casi 28.000 eran niños menores de cinco años. De entre esos enfermos, han muerto 106, 85 de ellos niños.
Además, en el Hospital Banadir, en Mogadiscio, se han contabilizado otros 3.137 pacientes --casi 2.600, niños menores de cinco años--, 89 de los cuales han fallecido, según indica la OMS en su último boletín de Acción Humanitaria de Emergencia.
Teniendo en cuenta los brotes estacionales que han surgido en años anteriores, la OMS ha pedido de nuevo a las ONG médicas con las que trabaja que vigilen de cerca las tendencias actuales y elaboren planes de respuesta. Lo que más preocupa a esta agencia de la ONU es que "la limitación del acceso, unida a las expulsiones y a la suspensión y la reducción de las operaciones de organizaciones humanitarias fundamentales ponga en peligro futuras actividades de respuesta ante brotes".
