ADDIS ABEBA, 14 Feb. (EP/AP) -
La misión de Derechos Humanos de la ONU que tenía intención de desplazarse a Sudán para evaluar las denuncias sobre las presuntas atrocidades perpetradas contra la población en Darfur, con el beneplácito del Ejecutivo sudanés, anunció hoy la cancelación de su visita a Darfur por el rechazo de Jartum a concederles visados.
Por su parte, el portavoz de la misión, Jose Luís Díaz, explicó que el equipo compuesto por 14 miembros no podía "esperar indefinidamente" para obtener los visados requeridos para entrar en Sudán y llevar a cabo su investigación en materia de Derechos Humanos.
No obstante, la jefe de la misión y Premio Nobel de la Paz, Jody Williams, aseguró que la investigación se llevará a cabo desde el extranjero y se presentará el correspondiente informe ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, con sede en Ginebra, una investigación que, según otro miembro de la misión podría allanar el camino para procesar a cualquiera implicado en la violación de los Derechos Humanos.
"La misión continuará y recabará toda la información relevante desde localidades fuera del país", aseguró Williams desde la capital etíope, Addis Abeba, donde el equipo de la ONU está esperando desde el pasado 11 de febrero a la espera de obtener los visados que le permita viajar a Sudán.
Por otra parte, se espera que la misión aterrice en Ginebra el próximo 21 de febrero, donde elaborarán un informe para presentarlo en la cuarta sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en marzo.
El informe incluirá recomendaciones sobre acciones a impulsar para castigar los abusos cometidos contra los Derechos Humanos en Darfur. En este sentido, el Tribunal Penal Internacional, que ya investiga las presuntas violaciones y crímenes de guerra perpetrados en la región, sería el encargado de procesar a los responsables de las violaciones.
El conflicto en Darfur, en el oeste de Sudán, comenzó en 2003 y desde entonces más de 200.000 personas han perecido, mientras que otras 2,5 millones de ellas se han visto desplazadas de sus hogares huyendo de las milicias árabes de los janjawid, que con el apoyo del Gobierno sudanés, han sembrado el terror en la región.
