BRUSELAS, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro belga, Elio Di Rupo, ha aterrizado esta tarde en Ginebra (Suiza) poco después de las 16.00 horas para mostrar la solidaridad de su Ejecutivo y acompañar a las víctimas del trágico accidente de autobús en el que esta madrugada han fallecido 28 ciudadanos belgas, 22 de ellos menores de entre 10 y 15 años. Las víctimas regresaban de pasar unas vacaciones de esquí en el país alpino.
Di Rupo, que ha confirmado antes de partir que el país celebrará un día de luto nacional por las víctimas, ha llegado a Ginebra acompañado por el ministro de Finanzas, Steven Vanackere, y el titular de Defensa, Pieter De Crem, así como el presidente de la región de Flandes, Kris Peeters y posteriormente se han desplazado a la localidad de Valais, cerca del túnel de Sierre, donde ha tenido lugar el accidente, según ha informado la agencia Belga.
Los familiares de las víctimas han llegado poco antes al país alpino a bordo después en un avión Airbus fletado para ellos por el Ministerio de Defensa.
Además de las víctimas mortales, entre los que figuran también los dos conductores del autocar, otras 24 personas han resultado heridas en el accidente, incluidos 22 menores. La mayoría de los heridos han sido trasladadas a cuatro hospitales de la región, salvo tres heridos de mayor gravedad que han sido evacuados a los hospitales universitarios de Lausana y Berna. Los tres menores graves siguen en estado de coma y con graves lesiones torácicas, según ha confirmado el diario belga 'Le Soir'.
"Es un día negro para nuestro país. Todos los belgas comparten nuestra inmensa tristeza. No hay palabras para expresar lo que sentimos", ha reconocido el jefe del Ejecutivo belga, en una rueda de prensa improvisada reunirse con la célula de crisis del Gobierno antes de partir para Suiza.
"Vista la magnitud de la catástrofe y la emoción que suscita, el Gobierno ha decidido que habrá un día de duelo nacional", ha confirmado Di Rupo.
El siniestro ha conmocionado tanto a Bélgica como a Suiza tras constatarse que es el peor accidente de carretera que registra el país helvético en su historia.
El autocar, con matrícula belga, transportaba a dos clases de alumnos de Lommel y Heverlee, de la región belga de Flandes, que regresaban a su país tras unas vacaciones de esquí, según informaron las autoridades de la región de Valais, donde se produjo el siniestro.
"ESTABA OSCURO"
Dos estudiantes de Lommel pudieron contactar con sus padres por teléfono, mientras que una menor de 12 años de Heverlee, que se ha roto las dos piernas y un brazo en el accidente, ha podido hablar con su padre, antes de que éste llegara a Suiza en el vuelo fletado por el Gobierno belga para los familiares de las víctimas. "Todo estaba oscuro, he entendido un gran choque. Todos los asientos han salido volando, pero he encontrado atrapada entre dos asientos", ha relatado a su padre, según testimonios que recogen varios medios belgas.
Por causas que todavía se desconocen, el autobús se estrelló contra una de las paredes del túnel de Sierre. Tras recibirse la alerta hacia las 21:15 horas de este martes, se inició la operación de rescate, que duró más de ocho horas e incluyó a 200 personas, entre ellas 15 médicos, 30 policías y 60 bomberos. Asimismo han intervenido doce ambulancias y ocho helicópteros en las labores de rescate.
Según ha informado la prensa helvética, el fiscal Olivier Elsig, ha confirmado que el autobús siniestrado es de última generación, contaba con cinturones de seguridad y estaba prácticamente nuevo.