Surcoreanos obligados a trabajar para Mitsubishi en la IIGM pedirán que venda activos para indemnizarlos

Un logo de Mitsubishi Motors en un concesionario de Estados Unidos
Un logo de Mitsubishi Motors en un concesionario de Estados Unidos - REUTERS / MIKE BLAKE - Archivo
Publicado: martes, 16 julio 2019 16:40

SEÚL, 16 Jul. (Reuters/EP) -

Trabajadores surcoreanos que fueron obligados por las autoridades de Japón a trabajar para la empresa Mitsubishi durante la Segunda Guerra Mundial solicitarán que la firma venda sus activos en territorio surcoreano para pagarles las compensaciones económicas que les corresponden por decisión del Tribunal Supremo, según han contado sus letrados este martes.

El tema de las indemnizaciones para surcoreanos que fueron obligados a trabajar para firmas niponas durante la época de ocupación de la península de Corea, de 1910 a 1945, ha enrarecido las relaciones entre los dos países y ha venido acompañado por la decisión de Japón de restringir las exportaciones de materiales de alta tecnología a Corea del Sur. Estas restricciones han amenazado el suministro global de chips de memoria y de teléfono móviles inteligentes.

El Gobierno de Japón ha negado que la disputa por la compensación a los trabajadores forzados surcoreanos tenga vinculación con su decisión de restringir las exportaciones de materiales de alta tecnología a Corea del Sur.

El Ejecutivo de Tokio ha subrayado que las restricciones se han adoptado en respuesta a la "inadecuada gestión" de artículos sensibles exportados a Corea del Sur y los medios nipones han informado de que las autoridades surcoreanas habrían exportado al menos uno de los materiales tecnológicos a Corea del Norte, lo que supondría un incumplimiento de las sanciones internacionales vigentes contra el régimen que lidera Kim Jong Un.

El Gobierno de Seúl niega que haya realizado exportaciones de materiales tecnológicos a su vecino del norte y se ha mostrado dispuesto incluso a una investigación internacional para aclarar lo sucedido.

Un fallo judicial obligando a la empresa japonesa Mitsubishi a vender sus activos en suelo surcoreano para compensar a los trabajadores forzados complicaría aún más las relaciones entre los dos países.

En 2018, el Tribunal Supremo de Corea del Sur ordenó a la empresa nipona a compensar a diez víctimas de trabajo forzado, lo que supuso un duro varapalo para Japón, que considera que el tema quedó ya cerrado en virtud del tratado firmado en 1965.

Los abogados de los trabajadores han dicho que van a presentar ante el tribunal una solicitud para que Mitsubishi venda sus activos después de que no cumpliera el plazo del 15 de julio para dialogar sobre el pago de compensaciones.

"Para los demandantes que tienen más de 90 años, el proceso fijado por ley no puede ser retrasado durante más tiempo", han indicado en un comunicado los letrados, antes de señalar que Mitsubishi no ha hecho nada para cumplir el fallo judicial durante los últimos seis meses.

"Solicitaremos una orden para vender los activos de Mitsubishi Industrias Pesadas tan pronto como sea posible", han explicado los abogados de las víctimas de trabajos forzados. La empresa no ha hecho declaraciones sobre el tema.

En noviembre de 2018, el Tribunal Supremo de Corea del Sur dictaminó que Mitsubishi deberá pagar una compensación de entre 80 y 150 millones de wons (entre 60.000 y 110.000 euros) para cada uno de los diez trabajadores que fueron obligados a trabajar para la empresa durante la Segunda Guerra Mundial.

El mismo tribunal falló en octubre que la empresa japonesa Nippon Steel & Sumitomo Metal deberá compensar con 100 millones de wons a cada uno de los empleados a los que obligó a trabajar en sus instalaciones durante la contienda mundial.

En relación a los fallos judiciales, el ministro de Comercio de Japón, Hiroshige Seko, ha afirmado que confía en que el tema pueda resolverse por la vía diplomática. "Las empresas japonesas no deberían sufrir un verdadero daño. Básicamente, esto es algo que nos gustaría que gestionara el Ministerio de Asuntos Exteriores", ha afirmado, en un encuentro con periodistas en Tokio.

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