BANGKOK, 22 Sep. (EP/AP) -
Con la destitución de esta semana de primer ministro Thaksin Shinawatra, muchos tailandeses esperan que se lleve a cabo alguna medida para parar la violenta insurrección separatista en la parte musulmana al sur del país, que se ha cobrado 1.700 muertes desde el comienzo de 2004.
Thaksin, depuesto el martes tras un golpe de estado, había desplegado miles de tropas en la región, y cambió a los comandantes y las estrategias innumerables ocasiones. Favoreció la violencia camuflada con medidas de paz, proporcionando armas a maestros y aldeanos e imponiendo leyes que fomentaba la violencia en la zona.
En opinión de una gran parte de la población, el anterior primer ministro estaba más a favor del conflicto que de solucionarlo.
"No saber controla la violencia del sur ha sido uno de los factores de la destitución de Thaksin", aseguró un politólogo de la Universidad de Bangkok."La salida de Thaksin sólo puede mejorar la situación", añadió.
Algunos expertos creen que su sucesor, el líder golpista y comandante del Ejército Sondhi Boonyaratkalin, de religión musulmana, sea más flexible con la situación.
