Tony Blair, de visita en Irak: "hay violencia y terrorismo, pero también esperanza y cambio"

Actualizado: domingo, 20 mayo 2007 2:01


BAGDAD/MADRID, 20 May. (OTR/PRESS) -

El primer ministro británico, Tony Blair, realizó ayer una visita sorpresa a Irak, seguramente la última que podrá llevar a cabo como jefe del Gobierno británico antes de presentar su dimisión ante la Reina Isabel II el 27 de junio. El 'premier', que se reunió con su homólogo iraquí, Nouri al-Maliki, y con el presidente del país, el kurdo Jalal Talabani, fue recibido por la insurgencia foránea el mismo modo que lo fueron el vicepresidente de EE.UU., Dick Cheney, o el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon: con un ataque de morteros en plena Zona Verde. Pese a todo, Blair se mostró optimista y aseguró que en Irak "hay violencia y terrorismo, pero también esperanza y cambio".

Según un portavoz de la Embajada estadounidense en Irak, los ataques con morteros sobre la fortificada Zona Verde sólo hirieron a una persona, aunque uno de ellos impactó directamente sobre la Embajada británica. Sin embargo, y pese a que la insurgencia iraquí ya ha dado muestras de hostilidad hacia otros visitantes ilustres -como es el caso de Cheney o Ban Ki Moon- durante la rueda de prensa que Blair ofreció junto a Al-Maliki y Talabani después de una reunión con ambos, el primer ministro británico negó que estos ataques fueran dirigidos contra su persona.

El mensaje esencial de Blair en lo que seguramente fue su última visita como primer ministro británico a Irak fue de optimismo, y también de "orgullo", por haber derrocado al antiguo dictador Saddam Hussein. "Irak fue liberado de la terrible dictadura de Saddam y ahora hay intentos de oprimir el país de diferentes formas, con terrorismo y violencia", señaló el 'premier' británico antes de asegurar que "no hay arrepentimiento por el derrocamiento de Saddam".

Según indicó en la rueda de prensa, durante su reunión con Talabani y Al-Maliki quiso trasladarles a ambos su apoyo, que mantendrá después de que presente su dimisión a la Reina Isabel II el próximo 27 de junio. Además, instó al presidente y al primer ministro a acelerar la reconciliación entre las comunidades religiosas de Irak con la convocatoria de nuevas elecciones provinciales y aumentando los esfuerzos para atraer a los líderes tribales y a otros ligados con la insurgencia al proceso político.

RAZONES PARA LA ESPERANZA

Blair no pudo eludir las preguntas de los periodistas sobre la terrible violencia diaria que vive Irak y aseguró que las autoridades iraquíes han comprobado que se ha registrado una disminución de la violencia en el país y un aumento de la seguridad. "Hay violencia y terrorismo en Irak, pero lo que están diciendo es que también hay esperanza y cambio", afirmó el primer ministro británico, evidentemente irritado por la insistencia de los medios presentes en darle cifras de muertos diarios en Bagdad.

Según informó posteriormente un portavoz del 'premier', que por la tarde visitó a las tropas británicas destacadas en Basora, el principal mensaje a los líderes iraquíes fue la "urgencia" de aumentar la presencia política de los suníes en el aparato estatal. Aunque Blair no obtuvo un compromiso directo de Talabani y Al-Maliki para la convocatoria de elecciones provinciales, el portavoz sí que señaló que "confiamos en que van en la buena dirección en cuanto a las elecciones se refiere".

El Gobierno británico espera que dichos comicios puedan llevarse a cabo este mismo año y que los suníes, que boicotearon las últimas elecciones provinciales, presenten candidatos en esta ocasión, lo que serviría para controlar la violencia entre facciones y contra la población iraquí, especialmente la chií. Según el portavoz, las autoridades de las fuerzas de coalición son "reservadamente optimistas" sobre la posibilidad de que algunos líderes tribales en la provincia de Anbar hayan expulsado a aquellos elementos que han colaborado en algún momento con Al Qaeda.