BAMAKO 29 Nov. (Reuters/EP) -
Las protestas contra la visita del primer ministro maliense, Oumar Tatam Ly, a la localidad de Kidal (norte) se han saldado con al menos tres heridos a consecuencia de los enfrentamientos que han estallado entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.
La manifestación, protagonizada por seguidores del Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), se ha dirigido al aeropuerto, donde, según el ministro del Interior, Sada Samake, "han atacado a los soldados que estaban en el lugar para recibir al primer ministro, primero con proyectiles y luego con armas de fuego".
Samake ha indicado que los soldados han respondido disparando al aire y, tras cifrar en tres el número de manifestantes heridos, ha acusado a francotiradores independentistas de ser los responsables de las heridas. La visita de Tatam Ly ha sido posteriormente cancelada.
Sin embargo, residentes de Kidal han asegurado que el Ejército ha abierto fuego contra los manifestantes y han asegurado no poder confirmar la presencia de hombres armados en la protesta y los posteriores disturbios.
Por su parte, el MNLA ha asegurado que soldados franceses y miembros de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) estuvieron presentes en los enfrentamientos, al tiempo que ha acusado a los soldados malienses de abrir fuego contra los manifestantes. El grupo ha elevado a siete el número de heridos, entre ellos cuatro mujeres.
"Este episodio demuestra de nuevo las graves violaciones de los derechos de la población civil en el Azawad, y de Kidal en particular, por parte del Ejército desde su retorno a los territorios", ha resaltado la formación a través de un comunicado.
Tanto la MINUSMA como los responsables de la operación francesa 'Serval' en Malí han rechazado hacer comentarios sobre los incidentes y las acusaciones del MNLA.
LUCHA DEL MNLA
En abril de 2012, el MNLA arrebató todo el norte de Malí, de mayoría tuareg, a las tropas gubernamentales en una rebelión cuyo fin último era la independencia, pero la revuelta fue enseguida secuestrada por tres grupos islamistas: el MUYAO, Ansar Dine y Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).
Desde entonces, los islamistas implantaron la 'sharia' (ley islámica) en las ciudades de Tombuctú, Kidal y Gao y destruyeron templos históricos en los que, según su criterio, se ejercía la idolatría.
A pesar de la declaración de independencia formulada entonces por el MNLA, ni Malí ni la comunidad internacional reconocieron el paso dado por el grupo tuareg. Los tuareg han protagonizado varios levantamientos para conseguir que se reconozca la autonomía de dicho pueblo o la creación de un país propio en la región.
Entre 1990 y 1996, los tuareg combatieron contra Malí y Níger en una revuelta instigada por una grave hambruna en la región, la dura represión contra los derechos políticos de esta población y la crisis de refugiados derivada de la debilidad política de ambos países durante la década de los ochenta.
Más recientemente, los tuareg volvieron a tomar las armas entre 2007 y 2009 a causa de la lenta e insatisfactoria desmovilización e integración de los rebeldes en la vida civil y las Fuerzas Armadas. En el proceso, varios políticos tuareg fueron destituidos de sus cargos y algunos terminaron en la cárcel.
LA INTERVENCIÓN FRANCESA
A principios de enero, dichos grupos islamistas comenzaron a avanzar hacia la línea de demarcación en la región de Mopti, mientras que varias unidades de los grupos 'yihadistas' presentes en la zona se desplegaron al sur de Tombuctú, ciudad que ya está bajo control del Gobierno central gracias a la operación militar lanzada con el respaldo de París.
La operación francesa comenzó el pasado 11 de enero, cuando el presidente del país europeo, François Hollande, anunció que su Gobierno atendería la petición de ayuda militar formulada por las autoridades malienses, ante la ofensiva lanzada por los islamistas.
Tras la victoria militar francesa, que empujó a los grupos armados hacia la frontera con Argelia, el Gobierno y el MNLA firmaron el 18 de junio en Uagadugú un alto el fuego que facilitó la vuelta de la administración y el Ejército a la parte norte del país africano de cara a las elecciones presidenciales de finales de julio, en las que se impuso Ibrahim Boubacar Keita.