LONDRES, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un tribunal británico ha dictaminado que el programa de vigilancia masiva de Internet puesto en marcha por el Cuartel General de las Comunicaciones de Reino Unido (GCHQ, uno de los servicios de Inteligencia británicos) ha incumplido la legislación vigente, según ha informado el diario 'The Guardian'.
En el marco del programa de vigilancia masiva, este servicio de Inteligencia con sede en Cheltenham accedió a información recopilada por la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA), lo que supuso una violación de las leyes británicas en materia de Derechos Humanos, según ha resuelto el Tribunal de Investigación de los Poderes Públicos (IPT, por sus siglas en inglés).
'The Guardian' ha subrayado que se trata de la primera ocasión en que este tribunal realiza un juicio crítico con la actuación de las autoridades británicas desde que fue creado en 2000, en respuesta a una denuncia contra las agencias de Inteligencia del país.
En diciembre de 2014, el IPT dictaminó que el sistema actual que rige la vigilancia de las comunicaciones en Internet por parte de las agencias de Inteligencia británicas no viola los Derechos Humanos. La demanda a la que ahora responde este tribunal auditor fue presentada por los grupos de defensa de las libertades civiles Liberty y Privacy International y otras organizaciones que sostenían que la captación de comunicaciones privadas por parte de la NSA con los programas Prism y Upstream y su transmisión al GCHQ eran prácticas ilegales.
La existencia de los programas Prism y Upstream fue desvelada por el excontratista de la NSA Edward Snowden. Esta denuncia ha sido la primera tramitada contra la participación del GCHQ en los programas de la NSA. Los abogados de los denunciantes argumentaron que recibir información de la NSA obtenida de manera ilegal suponía saltarse las salvaguardias contempladas en el sistema legal británico.
Durante las vistas judiciales celebradas en el IPT en 2014, el representante de Liberty Matthew Ryder aseguró que los servicios de Inteligencia británicos estaban creando enormes bases de datos con los correos electrónicos interceptados por la NSA. Por su parte, Ben Jaffey, de Privacy International, subrayado que la Ley de Regulación de las Investigaciones sobre Poderes Públicos no estaba garantizando las salvaguardias al haber permitido la intercepción de comunicaciones electrónicas.
Este caso es el primero de una decena de denuncias relacionadas con las prácticas del GCHQ que tiene que estudiar el IPT, encargado de pronunciarse sobre las demandas contra las agencias de Inteligencia y las instituciones gubernamentales británicas. La mayoría de las pruebas sobre las interceptaciones de las comunicaciones se analizaron en sesiones privadas, lo que dejó fuera a los grupos denunciantes.
En los documentos de la defensa, el representante del Gobierno, Charles Farr, explicó cómo se podían investigar sin órdenes judiciales las búsquedas con Google, Facebook, Twitter y YouTube, así como los correos enviados o recibidos por ciudadanos no británicos al extranjero.
Farr aseguró que no podía ni confirmar ni desmentir la existencia de Tempora, un programa de vigilancia denunciado por Snowden, aunque sí admitió la existencia de Prism porque sí había sido reconocido por el Gobierno de Estados Unidos.