Trump lamenta que se critique a su candidata para la CIA por ser "demasiado dura con los terroristas"

Gina Haspel
REUTERS / JONATHAN ERNST
Actualizado: lunes, 7 mayo 2018 21:43

WASHINGTON, 7 (EUROPA PRESS)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lamentado este lunes que su candidata para dirigir la CIA, Gina Haspel, haya sido criticada "porque fue demasiado dura con los terroristas", en aparente alusión al papel que desempeñó dentro de los servicios de Inteligencia durante la etapa más oscura de las torturas.

Trump ha subrayado en Twitter que Haspel es "muy respetada" y la persona más cualificada para ocupar el puesto "en estos momentos muy peligrosos". "Una mujer a la que los demócratas no quieren porque es demasiado duro con el terrorismo. ¡A ganar Gina!", ha añadido.

Más tarde, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha subrayado que Haspel está "comprometida al 100 por 100 para pasar el proceso de confirmación y ser confirmada como la nueva líder de la CIA".

Trump nombró a Haspel como sucesora de Mike Pompeo, ahora secretario de Estado. De ser confirmada, sería la primera mujer en estar al frente de la agencia de Inteligencia estadounidense, pero se ha topado con las dudas incluso de miembros del Gobierno que temen un varapalo en el Congreso.

La nominación de Haspel se ha topado con las críticas por su papel desempeñado en el programa de interrogatorios utilizado por la agencia con presuntos miembros del grupo terrorista Al Qaeda en cárceles secretas, donde se habría incurrido en torturas.

Este fin de semana el diario 'The Washington Post' informó incluso de que Haspel había renunciado a dirigir la CIA por temor a que el proceso de ratificación en el Congreso pudiera dañar a la institución.

Las funciones concretas de Haspel en la CIA están clasificadas como secreto, pero fuentes cercanas han informado bajo condición de anonimato de que Haspel dirigió una de las delegaciones de la CIA en el extranjero en las que al menos un sospechoso de terrorismo fue sometido a duros interrogatorios.

Los detenidos eran sometidos a interrogatorios en estas cárceles que son considerados como tortura. Estas prácticas estaban amparadas por el presidente George W. Bush, quien modificó la normativa tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

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