HARARE 18 Sep. (Reuters/EP) -
El líder de la oposición zimbabuense, Morgan Tsvangirai, ha asegurado este miércoles que no tiene pensado dimitir a pesar de las peticiones desde dentro su propio partido para que abandone el liderazgo de la formación por la clara derrota sufrida en las elecciones presidenciales de julio pasado frente al mandatario del país, Robert Mugabe.
Tsvangirai ha rechazado reconocer la que ha sido su tercera derrota en las urnas frente a Mugabe y ha denunciado que hubo fraude en los comicios pero, en los últimos días, han aumentado las especulaciones sobre la posibilidad de que dimita como líder del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), la formación que ha encabezado desde 1999, cuando la economía del país comenzó a deteriorarse.
Mugabe, de 89 de edad, logró más del 60 por ciento de los votos en las pasadas elecciones presidenciales, frente al 34 por ciento obtenido por Tsvangirai.
A pesar de esa derrota, Tsvangirai, que fue primer ministro hasta el pasado mes de agosto en el Gobierno de unidad nacional el partido de Mugabe, ZANU-PF, ha afirmado que nadie ha intentado que deje el cargo de presidente de la formación y que tiene previsto mantenerse hasta el próximo congreso, que se celebrará en 2016.
"No sólo es cuestión de alzarse en las calles y decir Tsvangirai debe irse. Hay foros para adoptar esta decisión", ha afirmado Tsvangirai, de 61 años, en una rueda de prensa. "En medio de una lucha no puede abandonar al pueblo. ¿Con qué objetivo?. ¿Para satisfacer a quién?. ¿Para satisfacer al ZANU-PF?. ¿Para satisfacer a personas que tienen rencores personales contra mí?", se ha preguntado el ex primer ministro.
El tesorero general del MDC, Roy Bennett, el único hombre blanco que ocupa un alto cargo en la formación, ha sido hasta el momento la única voz que ha pedido públicamente que Tsvangirai sea reemplazado. Bennett aseguró la semana pasada en declaraciones al diario sudafricano 'Business Day' que la continuidad de Tsvangirai no responde a la voluntad de los militantes de base del MDC.
Bennett ha vivido en el exilio en Sudáfrica desde septiembre de 2010 después de que se dictara una orden de arresto en su contra por haber declarado públicamente que un juez que le juzgaba no era imparcial. Posteriormente, Bennet fue absuelto de los cargos de terrorismo que se le imputaban y él aseguró que ese proceso era parte de una persecución política impulsada por el presidente Mugabe y el ZANU-PF.
Antiguo líder sindical, Tsvangirai ha recorrido el país tras su derrota en las elecciones de julio para animar a sus desmoralizados seguidores y tratar de asegurarse los apoyos para participar en las elecciones parlamentarias de 2018.
Los Gobiernos de países occidentales, especialmente Estados Unidos, han cuestionado la credibilidad de los resultados de los comicios, apoyándose en irregularidades denunciadas por observadores locales.