LONDRES, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
Faye Turney, la única mujer del grupo de 15 marinos e infantes de marina detenidos durante casi dos semanas por las autoridades iraníes, ha asegurado que el sofisticado sistema de navegación por satélite Xeres con que contaba la tripulación indicaba que aún se encontraban en aguas iraquíes cuando fueron abordados por la Armada iraní en el Golfo Pérsico.
Turney, que formaba parte de una de los dos botes de patrulla que efectuaban misiones de inspección en un carguero cuando fueron interceptados por la Guardia Revolucionaria iraní cerca del estuario de Shatt al Arab, hizo estas declaraciones anoche al diario británico 'The Sun'. Teherán les acusaba de haber invadido sus aguas jurisdiccionales.
Según Faye Turney, no había ninguna posibilidad de que la patrulla se encontrara en aguas iraníes, ya que contaban con un sofisticado sistema de navegación por satélite Xeres que les marcaba su posición. El barco nodriza, 'HMS Cornwall', tenía un sistema similar. "No había ninguna posibilidad de que no estuviéramos exactamente donde pensábamos que estábamos", dijo.
En su relato de los hechos, la militar recordó en sus declaraciones al diario que la alarma estalló cuando el jefe de la patrulla de la Marina Real, el capitán Chris Air, le dijo: "Topsy (nombre familiar de Faye Turney), hay unos 'cowboys' que vienen para aquí".
"Vimos unos botes que venían hacia nosotros, dos de ellos armados hasta los dientes. Pude ver fusiles AK47 y una ametralladora antiaérea Dushka", explicó Turney. "El hecho de que estuvieran armados indicaba que no venían a saludarnos", prosiguió.
"Mi corazón empezó a latir, nunca había sentido algo parecido, eran fuertes y era obvio que nosotros no podíamos superarles", añadió Turney, quien precisó que los militares iraníes eran "claramente agresivos". El capitán Air "intentó explicarles que sólo estábamos haciendo nuestro trabajo", prosiguió.
"Si hubiéramos abierto fuego se habría producido una sangría en la que no hubiéramos ganado, mis padres hubieran ido a (la base aérea de la Royal Air Force) RAF Brize Norton a recogerme en una caja de madera", aseguró.
Una vez que los guardias revolucionarios (a los que el sensacionalista 'The Sun' califica como 'kidnappers', secuestradores) entraron en el bote, Faye Turney hizo lo posible para "desesperadamente" ocultar que era una mujer, por temor a que la violaran.
Por ello, ocultó su coleta por detrás del uniforme e intentó evitar el contacto con la mirada de sus captores. En ese momento, le dijo aterrorizada al capitán Air: "Van a violarme".
No obstante, uno de los guardias iraníes comprobó sorprendido que había una mujer entre el grupo. "Ese hombre comenzó a tirar de mi casco, intentando arrancarlo", prosiguió. Yo tenía lágrimas en los ojos porque sabía que ese era el momento en que descubrirían con seguridad que era una mujer", pero "me mantuve decidida a no darles la satisfacción de ver mis lágrimas". Los militares le miraban con "total incredulidad" mientras repetían: "una mujer, una mujer".
Poco antes de llegar a tierra en Irán, los guardias les vendaron los ojos, explicó. "Una de las últimas cosas que recuerdo ver con mis propios ojos fue nuestra bandera blanca ondeando al viento", declaró. "Eso me recordó que debía mantenerme fuerte y en alerta", añadió.
Las declaraciones de Turney coinciden con la polémica que ha causado la autorización concedida por el Ministrerio de Defensa a los militares para vender su historia a la prensa, lo que supone un drástico cambio en la política habitual del Ejército respecto a su personal, al que se prohibía hasta ahora llegar a acuerdos económicos con los medios de comunicación.
Según el 'Sunday Times', Faye Turney (26 años) podría cobrar más de 150.000 libras esterlinas (220.000 euros) por contar su experiencia a una cadena de televisión y a un periódico.