Tzipi Livni se hace con el liderato de Kadima y se presenta como la sucesora de Olmert en el Gobierno

Actualizado: jueves, 18 septiembre 2008 0:42


TEL AVIV, 17 Sep. (Reuters/EP) -

La ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, se ha hecho con el liderato del partido gubernamental, el Kadima, tras conseguir una clara victoria en las elecciones internas celebradas hoy, con cerca de diez puntos por encima de su principal rival, el ministro de Transportes y general retirado Saúl Mofaz. Este triunfo le permitirá optar a la sucesión de Ehud Olmert al frente del Gobierno, pero para ello deberá superar una larga lista de escollos y convencer al enjambre de partidos que ocupan escaño en la Knesset, el Parlamento de Israel.

En unos comicios en los que, según los responsables del partido, votaron alrededor de la mitad de los 74.000 militantes del Kadima --una participación tan baja que obligó a aplazar en media hora el cierre de las urnas a propuesta de Livni--, los resultados obtenidos en las encuestas efectuados por los tres principales canales de televisión conceden a Livni, entre el 47 y el 49 por ciento de los votos, mientras que Saúl Mofaz debe contentarse con el 37. Estos resultados otorgan a Livni el 40 por ciento mínimo de votos necesario para que no se celebre una segunda vuelta.

Livni, nacida el 8 de julio de 1958 en Tel Aviv, es hija de un conocido combatiente de los años cuarenta nacido en Polonia y miembro de una familia conocida por sus posturas ultranacionalistas, lo que nunca le ha impedido --en un intento por defender un Israel mayoritariamente judío-- apoyar posturas pragmáticas y a la vez polémicas para el nacionalismo judío, como la retirada de la Franja de Gaza ordenada por el entonces primer ministro Ariel Sharon en 2005.

Abogada de profesión y antigua miembro de la agencia de Inteligencia Exterior, Mossad, fue elegida diputada por primera vez en 1999 en las filas del derechista Likud. En 2005, en plena polémica por la retirada de la Franja de Gaza, Livni colaboró con Sharon --de quien fue ministra de Justicia-- en la fundación de Kadima, formado por disidentes tanto del Likud como del Partido Laborista.

En 2007 ya intentó por primera vez, infructuosamente, reemplazar a Olmert, cuando propuso su destitución después de que se hiciera público un informe oficial que revelaba los graves errores cometidos durante la campaña militar de Líbano en el verano de 2006.

Su rival más importante en las elecciones internas era Saúl Mofaz, antiguo jefe del Ejército y ex ministro de Defensa, quien se ganó fama de militar duro en sus combates contra la insurgencia palestina desde la Intifada de 2000 y que siempre ha defendido una política de mano dura contra su país natal, Irán, y contra Siria y los palestinos. De haber ganado, se habría podido convertir en el primer ministro de origen no europeo en la historia de Israel, una circunstancia que le granjeaba el apoyo de los judíos sefardíes, desde siempre muy recelosos hacia los ashkenazíes procedentes de Europa.

LA CARRERA PARA SUCEDER A OLMERT

Si se cumplen las previsiones iniciales, Livni será la persona que suceda a Ehud Olmert, quien se enfrenta a un proceso de destitución por supuestos casos de corrupción y quien ya ha anunciado que presentaría su dimisión oficialmente ante el presidente Simón Peres en cuanto hubiera un nuevo líder en Kadima, con lo cual el Gobierno quedaría disuelto automáticamente.

No obstante, el proceso de sustitución no será automático y la victoria de Livni no garantiza que se vaya a convertir en la primera mujer que encabece un gobierno israelí desde la histórica Golda Meir (1969-1974). Una vez que haya renunciado Olmert, y tras consultar con los líderes de los partidos, Peres encargará a un miembro del Parlamento --muy probablemente el líder de Kadima-- que forme gobierno. En tal caso, el ministro designado tendrá 42 días para formar el nuevo ejecutivo y para someterlo a la aprobación de la Cámara.

En caso de que no prospere el gabinete que proponga Livni, se celebrarán elecciones generales en un plazo posterior de 90 días, tras el cual se reiniciará el proceso de formación de gobierno. Olmert permanecería como primer ministro en funciones hasta que la Knesset aprobase el nuevo gabinete.

En las actuales circunstancias, y dado la cantidad de partidos que influyen en la política israelí, muchos analistas consideran muy probable que se celebren elecciones anticipadas. Kadima sólo cuenta con una cuarta parte de los escaños en la Knesset. Sus rivales, algunos de los cuales están integrados en el actual gobierno de coalición de Olmert, están preparados para afrontar unas posibles elecciones legislativas que seguramente beneficiasen al actual líder de la formación derechista Likud, el ex primer ministro Benjamín Netanyahu.

PROCESO DE PAZ

Durante el interregno, que se presume largo, el propósito de Olmert será permanecer en el cargo el tiempo que sea posible, como primer ministro en funciones, para garantizar que sigue adelante el proceso de paz con los palestinos avalado desde finales del año pasado por el presidente estadounidense, George W. Bush.

De hecho, Livni, quien ejerció de negociadora principal en las conversaciones iniciadas hace diez meses en Annapolis, en Estados Unidos, debería en principio ser una garantía para la continuación de este proceso, pero no son pocos los que recuerdan que el propio Bush deberá abandonar la Presidencia dentro de cuatro meses.

De todos modos, Livni nunca ha ocultado sus posturas intransigentes, hasta el extremo de llegar a calificar de "irrelevante" al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. En cualquier caso, el principal negociador palestino, Ahmed Qorei, declaró hoy a Reuters que "puesto que Livni se vio inmersa en el proceso de paz, creemos que seguirá buscando la paz con nosotros". "Celebramos la elección del pueblo israelí", añadió.