BRUSELAS 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea presentó hoy una denuncia contra Polonia ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) por construir una carretera --situada en el corredor Helsinki-Varsovia-- que atraviesa varios espacios protegidos, entre ellos el valle de Rospuda, y pidió a los jueces que ordenen la paralización de las obras con carácter cautelar hasta que se dicte una sentencia definitiva.
El comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, aseguró que lamentaba tener que llevar este caso al Tribunal pero dijo que "la medida es necesaria si queremos proteger estos preciosos espacios naturales de importancia europea de daños irreparables". "La Comisión no puede aceptar la pérdida de esta herencia natural", añadió.
El Ejecutivo comunitario reiteró que no tiene nada en contra de la mejora de la red de carreteras en Polonia, pero insistió en que no acepta los daños "irreversibles e injustificados" que causará la carretera en un valle donde habitan varias especies en peligro de extinción en uno de los bosques vírgenes mejor conservados de Europa Central y donde se encuentra además un importante humedal.
Las autoridades polacas alegan que han respetado todos los requisitos de protección de la zona ya que han realizado una evaluación del impacto del proyecto, buscado las mejores alternativas y ofrecido medidas compensatorias como crear estanques, bloquear pequeños arroyos para aumentar el nivel del agua en los canales de drenaje o plantar árboles. Aseguran que el proyecto es imprescindible por razones de seguridad vial.
Sin embargo, el Ejecutivo comunitario insiste en que Polonia tiene la obligación de proteger este espacio y cree que el examen de alternativas no es convincente. A juicio de Bruselas, las cuestiones de seguridad vial podrían afrontarse de manera adecuada con otras alternativas, ya que las medidas compensatorias ofrecidas no compensan la destrucción de rasgos naturales únicos.
El Ejecutivo comunitario ya abrió un procedimiento de infracción por este caso en diciembre de 2006. En febrero de 2007, las autoridades polacas dieron a los contratistas la luz verde para iniciar los trabajos de construcción. Por ello, Bruselas ha acelerado el procedimiento y envió un ultimátum final el 28 de febrero que tampoco ha sido atendido por Varsovia.