LUXEMBURGO, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
El secretario de Estado de Asuntos Europeos de Portugal, Manuel Lobo Antunes, que ocupa la presidencia del Consejo de la UE, dijo hoy que no es partidario de retrasar la decisión sobre el reparto de eurodiputados en la legislatura 2009-2014, tal y como ha pedido Italia, y que preferiría cerrar la cuestión durante la cumbre de Lisboa el 18 y 19 de octubre, al mismo tiempo que se apruebe el nuevo Tratado de Reforma.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE discutieron este lunes los últimos flecos políticos pendientes del Tratado y constataron que todavía quedan "problemas" pendientes de resolver no sólo para Italia, sino también para Polonia, Bulgaria, República Checa o Austria. En contraste, quedó claro que Reino Unido "está feliz con este texto", según la presidencia portuguesa.
Lobo Antunes se declaró "optimista" sobre las posibilidades de llegar a un acuerdo en la cumbre de Lisboa porque "la atmósfera es extremadamente favorable" y existe una "firme voluntad política" por parte de todas las delegaciones. Anunció asimismo que la presidencia portuguesa presentará "soluciones que todo el mundo pueda aceptar" durante la cumbre.
El Gobierno de Roma considera que la propuesta de reparto de escaños aprobada la semana pasada por la Eurocámara le perjudica gravemente y ha pedido que en la cumbre de Lisboa se cierre únicamente el Tratado de Reforma y se deje para más adelante la cuestión de los eurodiputados para dar tiempo a una solución mejor. Roma critica que el reparto se haya calculado según la población y no según la ciudadanía, lo que supone que perderá la paridad histórica en número de eurodiputados que mantenía hasta ahora con Francia y Reino Unido.
Lobo Antunes respondió a esta petición de aplazamiento recalcando que "la presidencia portuguesa, cuando tiene una tarea, quiere completarla totalmente", dando a entender que apuesta por encontrar una solución a la distribución de eurodiputados también en Lisoba. "Es un problema que se conoce, que existe", señaló el secretario de Estado en referencia al caso de Italia, que agregó que "la obligación de la presidencia es buscar soluciones, mediar y facilitar".
El representante portugués se refirió también al caso de Polonia, que reclama incluir dentro del Tratado el denominado 'compromiso de Ioannina' -un mecanismo que permite a una minoría de países retrasar una decisión aunque no tengan votos suficientes para bloquearla- y contar con un abogado general en el Tribunal de Justicia de Luxemburgo.
Lobo Antunes aseguró que la intervención de la ministra polaca de Asuntos Exteriores, Anna Fotyga, fue "constructiva y positiva" y mostró "una voluntad muy clara de llegar a un acuerdo en Lisboa". No obstante, admitió que "todavía no se ha encontrado una solución final" para la cuestión de Ioannina, aunque se mostró convencido de que "con la voluntad de todos estamos más cerca de esta solución".
Por su parte, la delegación búlgara mantiene un problema con la ortografía del 'euro' que afecta también al Tratado de Reforma. Los búlgaros insisten en que el nombre de la moneda única en la traducción al cirílico del Tratado debe ser 'evro' y no 'euro', y alegan que así se reconoció en su Tratado de Adhesión. Ello contraviene la decisión comunitaria de escribir el euro igual y con las mismas letras en toda la UE.
Bulgaria ha levantado el bloqueo a la firma del Acuerdo de Asociación y Estabilización con Montenegro, que estaba paralizado por esta cuestión, pero exige que se encuentre una solución definitiva al problema. El representante portugués dijo que "no será muy difícil" encontrar un compromiso que pueda ser aceptado por Bulgaria. Este compromiso, prosiguió, "responderá a las aspiraciones de los ciudadanos" de poder escribir y pronunciar el nombre de la moneda única en su propia lengua.
Por su parte, Austria quiere que el Tratado de Reforma incluya una base jurídica que le permita limitar el número de estudiantes alemanes que van a estudiar a sus universidades porque son más baratas. La solución de este problema corresponde más bien, según Lobo Antunes, a la Comisión Europea. Finalmente, República Checa exige que el Tratado autorice a los Veintisiete a obligar al Ejecutivo comunitario a presentar una propuesta que devuelva poderes de la UE a los Estados miembros, algo con lo que no está de acuerdo la presidencia portuguesa.
El secretario de Estado de Asuntos Europeos de Portugal aseguró que los temas pendientes ya están "muy definidos" y que no espera que otros países planteen más problemas. Indicó que si se mantiene la actual "atmósfera" durante la cumbre, el acuerdo definitivo se encontrará "de manera rápida". "No hay ningún motivo para no ser optimistas y para no confiar en que al final de esta semana tendremos un acuerdo", concluyó.