MADRID, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Unión Islámica del Kurdistán ha negado que esté enviando a ciudadanos kurdos a combatir en la guerra civil siria, al tiempo que ha mostrado su respaldo a "los derechos del pueblo kurdo" en dicho país.
"Respaldamos los derechos del pueblo kurdo en Siria, pero rechazamos enviar a jóvenes kurdos bajo varios eslóganes, incluyendo el de la 'yihad' (guerra santa), al considerarlo un desperdicio de la energía de los jóvenes", ha dicho la miembro de la formación Hama Amin, según ha informado la agencia iraquí de noticias NINA.
La formación iraquí, fundada en 1994 y liderada por Mohamed Faraj, cuenta con seis escaños en el Parlamento del Kurdistán y mantiene vínculos cercanos con la organización islamista Hermanos Musulmanes.
En las últimas semanas se han registrado fuertes enfrentamientos en el noreste del país entre el grupo armado kurdo Unidad para la Protección del Pueblo (YPG) y la milicia radical islamista siria Frente al Nusra, vinculada con la organización terrorista Al Qaeda.
En el marco de los mismos, la YPG ha arrebatado el control de varias localidades al grupo extremista, incluyendo Ras al Ain, situada en la frontera con Turquía.
La YPG, que controla la mayoría de las ciudades kurdas de las provincias de Hasaka y Alepo, está formada por jóvenes del Kurdistán sirio con el apoyo de la Unión Democrática Kurda (PYD) y del Consejo Nacional Kurdo (KNC). Se trata de un grupo insurgente que se ha alzado en armas tanto contra el Gobierno de Bashar al Assad como contra la actual oposición armada siria.
Este grupo armado, que en julio de 2012 se hizo con varias localidades mayoritariamente kurdas de la provincia de Alepo, ha asumido la responsabilidad de garantizar la seguridad de las poblaciones kurdas. Pese a su extracción mayoritariamente kurda, entre sus miembros figuran milicianos árabes descontentos con la actual oposición armada siria.
Las milicias kurdas han aprovechado el actual conflicto armado sirio para reclamar los derechos que les han sido negados durante años por Damasco en el noroeste del país, donde son mayoría. No obstante, también han expresado su temor de que el triunfo de los movimientos rebeldes no contribuya a la consecución de la ansiada autonomía y han recordado, al respecto, el apoyo dispensado por las autoridades turcas --enfrentadas a sus propios independentistas kurdos-- a los insurgentes sirios.
Las reivindicaciones de los kurdos habían sido pacíficas hasta el pasado noviembre, cuando el principal grupo armado rebelde suní, el Ejército Libre Sirio (ELS), entró en la localidad de Ras al Ain, lo que provocó la respuesta armada de la YPG para expulsar del municipio a los rebeldes, a los que acusó de actuar a "las órdenes de Turquía". El pasado 20 de enero, la YPG firmó una tregua con el ELS después de meses de enfrentamientos.