Vaticano.- El Papa anima a jóvenes a participar en la Jornada Mundial de la Juventud de Sídney

ROMA, 4 Jul. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -

El Papa Benedicto XVI animó hoy a los jóvenes de todo el mundo a participar en la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Sídney (Australia) en julio de 2008, invitándoles a prepararse bien "para esta maravillosa celebración de la fe" y a ser "valientes" a la hora de dar testimonio de Cristo.

El Romano Pontífice hizo estas declaraciones ante los cerca de 12.000 fieles que se congregaron en el aula Pablo VI del Vaticano para participar en la habitual audiencia general de los miércoles.

Al término del encuentro, dirigió unas palabras a los jóvenes, recordándoles su misión de dar a conocer "el amor de Cristo". "Para esto habéis sido llamados" para ser "sus testigos", añadió Benedicto XVI.

Por esta razón, los invitó a acudir a Sídney acompañados de sus amigos, particularmente de aquellos que "se plantean pocos objetivos en la vida, quizá atrapados por una búsqueda inútil de nuevas experiencias que no tiene fin".

El Romano Pontífice destacó que, "contrariamente a la marea de secularismo, muchos jóvenes están redescubriendo la satisfactoria búsqueda de la auténtica belleza, bondad y verdad", de modo que "con vuestro testimonio, les ayudaréis en la búsqueda del Espíritu de Dios", señaló.

Con todo, aseguró que la Jornada Mundial de la Juventud en Sídney (Australia) será "mucho más que un evento". Constituirá "un momento de profunda renovación espiritual, de cuyos frutos se beneficiará la entera sociedad", remarcó.

Por otro lado agradeció "de todo corazón" el esfuerzo demostrado por las autoridades eclesiales y gubernamentales, junto con numerosos jóvenes australianos, que "están trabajando duramente para que sea una experiencia excepcional para todos nosotros".

En cuanto a la catequesis que, cada miércoles, el Papa suele dedicar a un padre de la Iglesia o pensador cristiano distinto, esta vez, versó sobre la figura de San Basilio, que fue obispo de Cesarea de Capadocia en el año 370.

SAN BASILIO: PREOCUPACIÓN POR LOS POBRES.

"Tanto la Iglesia de Oriente como la de Occidente lo admiran por la santidad de su vida, la excelencia de la doctrina y la síntesis armoniosa de sus dotes especulativas y prácticas", explicó Benedicto XVI, destacando la preocupación del santo obispo por "las difíciles condiciones materiales en que vivían sus fieles".

"Denunció con firmeza los males (...) e intervino ante los gobernantes para aliviar los sufrimientos de la población", fundando además varios hospicios para los más necesitados" que con el tiempo se convirtieron en modelo para "las instituciones hospitalarias modernas", resaltó.