Vaticano.- El Papa concede indulgencias plenarias y parciales con motivo del Día Mundial del Enfermo

Actualizado: martes, 6 febrero 2007 15:48

MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -

Benedicto XVI ha concedido la indulgencia plenaria o parcial con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el 11 de febrero, memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes, y cuya sede en 2007 es la ciudad de Seúl (Corea), según lo establece un decreto de la Penitenciaría Apostólica publicado a última hora de la tarde de ayer por la Santa Sede y que hoy recoge su servicio de prensa.

El documento, que pide que se reserve a los enfermos para los que los remedios humanos ya nos son efectivos "los cuidados más atentos y la caridad más grande", concede indulgencia plenaria a los participantes de la jornada, bien en Seúl o en un lugar establecido por la autoridad eclesiástica, o en cualquier ceremonia sacra celebrada para implorar a Dios por los objetivos de la misma.

También podrán ganar la indulgencia plenaria las personas que asisten caritativamente a los enfermos, especialmente a aquellos incurables o terminales, siempre y cuando ese día prestan, al menos por unas horas, su asistencia caritativa a los enfermos y que tengan el propósito de cumplir, en cuanto puedan, las condiciones requeridas para la concesión de esta indulgencia.

También obtendrán la misma indulgencia plenaria los fieles que por enfermedad, edad avanzada o razones parecidas, no puedan tomar parte en la ceremonias indicadas, siempre que también tengan el propósito de cumplir cuando sea posible las condiciones requeridas y participen el día 11 "espiritualmente" con el deseo a dicha celebración.

Por otra parte, la indulgencia parcial se concederá a todos los fieles que, del 9 al 11 de febrero, recen "con corazón contrito a Dios misericordioso" para implorar esas finalidades en ayuda de los enfermos, especialmente los enfermos incurables o terminales.

La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia. Los fieles tienen que estar en las siguientes condiciones: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa, además de con ánimo alejado de cualquier pecado.