Vaticano.- El Papa denuncia el continuo derramamiento de sangre inocente en el mundo

Europa Press Internacional
Actualizado: miércoles, 5 julio 2006 18:31

ROMA 5 Jul. (de la corresponsal de EUROPA PRESS C. Giles) -

El Papa Benedicto XVI denunció hoy durante la audiencia general,"el continuo derramamiento de sangre inocente en el mundo" y pidió oraciones "para que el corazón del hombre deje de albergar odio, desprecio y vejación".

Benedicto XVI al término de la catequesis y al saludar a los peregrinos polacos, recordó que julio es "un mes en el que veneramos, tradicionalmente, la preciosísima sangre de Cristo", lo que le sirvió para denunciar "que en el mundo se derrama continuamente sangre humana inocente".

"En los corazones de los seres humanos, en vez de anidar el amor evangélico, a menudo anida el odio; en vez de la atención por el hombre, el desprecio y la prepotencia. Rezad para que la humanidad contemporánea experimente la fuerza de la Sangre de Cristo derramada en la Cruz por nuestra salvación", dijo el Papa.

Como viene realizando estos últimos miércoles, el Papa continuó con la galería de retratos de los 12 Apóstoles elegidos directamente por Jesús y hoy se centró en Juan, hijo de Zebedeo, del que destacó "la franqueza en confesar su propia fe". "Esta franqueza en confesar la propia fe es un ejemplo y un aviso para todos nosotros en el estar siempre dispuestos a declarar con decisión nuestra inquebrantable adhesión a Cristo", explicó el Pontífice.

El Papa destacó que según la tradición Juan es el discípulo predilecto, "que apoya la cabeza el pecho del maestro en la última cena, se encuentra a los pies de la Cruz junto a la Madre de Jesús y es el testigo de la Tumba vacía y al mismo tiempo de la presencia del Resucitado".

"El Señor desea hacer de cada uno de nosotros un discípulo que vive una personal amistad con Él" y para realizar esto "basta seguirlo y escucharlo; es necesario vivir con Él y como Él", señaló Benedicto XVI.

El Pontífice concluyó pidiendo que "el Señor nos ayude a entrar en la escuela de Juan para aprender la gran lección del amor, para sentirnos amados por Jesús hasta el final y dar nuestra vida por Él".

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