Vaticano.- El Vaticano considera "deplorables" las declaraciones del arzobispo Milingo que pidió abolir el celibato

Europa Press Internacional
Actualizado: jueves, 13 julio 2006 16:54

ROMA 13 Jul. (de la corresponsal de EUROPA PRESS C. Giles) -

El Vaticano calificó hoy de "deplorables" las declaraciones realizadas en Estados Unidos por el arzobispo emérito de Lusaka (Zambia) y conocido exorcista monseñor Emmanuele Milingo, sobre la necesidad de abolir el celibato a los sacerdotes.

"La Santa Sede todavía no ha recibido noticias precisas sobre la finalidad del viaje a Estados Unidos de monseñor Milingo. En todo caso, si las declaraciones fueran verdaderas, no quedaría más remedio que deplorarlas, siendo bien conocida la disciplina de la Iglesia al respecto", declaró con un comunicado la Santa Sede.

Milingo vuelve a dar quebraderos de cabeza al Vaticano, ya que ayer se presentó a una conferencia en el Club de la Prensa Nacional de Washington y comentó que "ya es hora" de que la Iglesia se reconcilie con los sacerdotes casados.

El arzobispo y exorcista desató en 2001 un escándalo al contraer matrimonio con la coreana acupunturista María Sung en el ámbito de la secta Moon en un hotel de Nueva York. Después de algunos meses, abandonó a la mujer y volvió al Vaticano pidiendo perdón y fue nuevamente admitido; incluso, daba misas en la comunidad donde vivía, en la localidad de Zagarolo (centro).

El sacerdote admitió ayer que restableció contactos con la secta del surcoreano Sung Myung Moon y con la acupunturista. "Ella es aún mi esposa y lo seguirá siendo hasta la muerte", dijo.

"No existe curación más importante que la reconciliación de más de 150.000 sacerdotes casados con la Iglesia Católica", agregó Milingo que estaba acompañado del sacerdote católico excomulgado y fundador de la 'Congregación de los católicos afronorteamericanos', George Augustus Stallings, que promueve el matrimonio para los sacerdotes.

Desde hace varios días no se tenían noticias de Milingo, que abandonó su casa de Zagarolo donde el Vaticano le había enviado después del matrimonio y donde celebraba misas y sus famosas curaciones, no muy bien vistas por la Santa Sede. Milingo fue perdonado y rehabilitado por Juan Pablo II, después depasar 18 meses reflexionando en Argentina.

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